La colección de alta joyería 1932 es un viaje en el tiempo y un lugar para contemplar el movimiento de los planetas y las estrellas. Patrice Leguéreau, director de CHANEL Fine Jewelry Creation Studio, quiso mantener de esta legendaria colección el concepto de los cuerpos celestes, la pureza de las líneas y la libertad del cuerpo. “He querido volver a la esencia de 1932 y armonizar el mensaje a través de tres símbolos: los cometas, la luna y el sol. Cada cuerpo celeste brilla con su propia luz”, ha afirmado.
Diamantes centelleantes como astros
Efectivamente, “1932” dibuja un nuevo mapa de los cielos, gracias a la forma redonda perfecta de los diamantes, mientras que los rayos realzan y intensifican el centelleo. Este nuevo mapa se refleja en el cometa, el ilustre icono de la joyería CHANEL, desde la creación del collar abierto enroscado en el cuello y ensanchado sobre el busto. Representan la persecución sin fin de los cuerpos celestes con las espirales retorcidas y las estrellas fugaces. Y, cómo no, la fuerza del sol, con sus rayos dibujados de manera clara. Es por ello que CHANEL Fine Jewelry Creation Studio ha inventado una joya viva, dentro de una relación osmótica entre los ritmos siempre cambiantes del universo y los ritmos, también cambiantes, del propio cuerpo.
Collares exquisitamente transformables
Prueba de ello es parte de las piezas de la colección son transformables. Y excepcional ejemplo de ello es el collar transformable Soleil de CHANEL. Mademoiselle Grabielle Chanel tenía pasión por este astro, ya que le evocaban sus largos paseos en las playas de Deauville y Biarritz, y así se muestra en el montaje de oro amarillo y blanco con diamantes de esta pieza. Los diferentes anillos de ajuste de la cadena permiten llevar el collar tanto en la versión larga como en la corta. Pero además, se puede transformar en broche, retirando el sol del collar.
Los rayos de sol se trasladan, por su parte, al anillo CHANEL Ruban de oro beige de 18 quilates y diamantes. Un anillo asimétrico, excepcional y cuidado hasta el mínimo detalle: los diamantes que decoran la cinta del anillo continúan en el interior del mismo. Al mismo tiempo, la cinta finaliza con 3 diamantes colgandes engastados en el basel.
Siguiendo su propia estela, el cometa es como un amuleto de la suerte, velando por el destino de la mujer que lo lleve. El destino es transformable, como el collar Comète Chevron de CHANEL, de oro blanco de 18 quilates y diamantes. De la misma forma, los diferentes anillos de ajuste de la cadena permiten llevar el collar tanto en versión larga como corta. Y se puede disfrutar de la lluvia de estrellas fugaces, transformando el collar en broche.
Como no era menos, el cometa puede trasladarse a cualquier pieza para llevar a la suerte en cualquier situación. La pulsera esclava abierta Comète Chevron de CHANEL es un buen ejemplo, también de oro blanco de 18 quilates y diamantes. Pero también el anillo Comète Chevron, una lluvia de estrellas fugaces simbólicas en oro blanco, que se posan en creaciones con un estilo asimétrico.
Asimismo, los pendientes Comète Chevron de CHANEL mantienen el espírtiu transformable, ya que la estrella se puede llevar en el lóbulo o en la parte superior de la oreja, retirando la varilla. De igual forma, el pendiente Comète Chevron de CHANEL permite llevar la secci´`ón larga detrás del lóbulo o dejarlo como un pendiente de botón.
Hace noventa años, Grabrielle Chanel creó “Bijoux de Diamants”, la primera colección de altra joyería del mundo. En ésta, aplicó el principio fundamental de todas sus creaciones en joya: proveer al cuerpo de la mujer libertad, mientras los adorna al mismo tiempo. Sin duda, la colección 1932 sigue la estela de este sueño.