Con solo tener en nuestras manos cualquier reloj de F.P.Journe ya sabemos que estamos ante un objeto especial. Así ha sido desde que este relojero marsellés creara la firma que lleva su nombre en 1999. En estos más de veinte años de trayectoria ha dado tiempo a la incorporación de las nuevas generaciones de creadores y una interminable sucesión de tendencias en colores, materiales y complicaciones. Mientras tanto, François-Paul Journe ha venido proporcionándonos maravillas relojeras desde su coqueto estudio en el corazón de Ginebra; cada vez más admirado por aquellas personas que tienen la suerte de aproximarse a sus piezas por primera vez. No nos extraña que Journe sea uno de los maestros relojeros más admirados de nuestro tiempo.
El Quantième Perpétuel resume a la perfección los motivos de esta admiración generalizada. Presentado en 2013 y lanzado al mercado dos años más tarde, el Quantième Perpétuel sustituyó en el catálogo de la firma al icónico Octa Calendrier. Este modelo fue una de las primeras creaciones de la colección Octa, iniciada apenas dos años después de la fundación de F.P. Journe – Invenit et Fecit –. Octa fue creada como plataforma de desarrollo de los movimientos automáticos de la casa. El Octa Calendrier representó durante más de diez años la visión de François Paul Journe de la tradicional complicación de calendario, actualizada y mejorada con la llegada del Classique Quantième Perpétuel.
Un calendario perpetuo fácil de leer y manejar
Llegados a este punto, sería conveniente recordar qué es un calendario perpetuo y su importancia dentro de la relojería. De manera muy resumida, un calendario perpetuo es aquel reloj capaz de “memorizar” la duración de los meses y discernir si el mes de febrero tiene 28 o 29 días. Para ello incorpora un dispositivo que gestiona el desarrollo de un ciclo completo de cuatro años o, lo que es lo mismo, el control de 1.461 días.
Esta capacidad de su mecanismo permite al calendario perpetuo funcionar sin necesidad de ajuste hasta el año 2100.
Si hay que corregir el reloj ese año, no será por culpa de un error de su movimiento, sino más bien a causa de las peculiaridades del calendario gregoriano.
Pasar del Octa Calendrier al Quantième Perpétuel permitió a F.P.Journe desarrollar su propia visión de esta apreciada complicación. Desde el punto de vista visual, el Quantième Perpétuel es un calendario perfecto, con una armoniosa distribución de sus elementos y una óptima legibilidad. Las indicaciones de fecha, mes y día de la semana aparecen con sus respectivas ventanas en una distribución en forma de cruz y con la característica tipografía de F.P. Journe – Invenit et Fecit –. En cuanto a la indicación del ciclo de años bisiestos, encontramos una pequeña aguja situada en el eje central, muy bien disimulada y que apenas entorpece la visión del resto de complicaciones. La lista de complicaciones se completa con el indicador de reserva de marcha, limitado a 120 horas, como es tradicional en la colección Octa.
Aparte de su excelente nivel de lectura, el Quantième Perpétuel es un calendario perpetuo muy fácil de manejar. Todas las operaciones se realizan a través de la corona. La única excepción es la corrección rápida del mes, que se realiza mediante un corrector ubicado discretamente bajo una de las asas. En cualquier caso, no es necesario emplear ningún tipo de instrumento adicional para ajustar el Quantième Perpétuel.
Evolución en el diseño
El Quantième Perpétuel presentado en 2013 se inscribía dentro de la línea estética que ha caracterizado a F.P. Journe – Invenit et Fecit – durante todos estos años. No faltan detalles característicos de la firma como las agujas de acero pavonado de forma ovoide, los números árabes o la corona de efecto trenzado. Todos estos elementos hacen inconfundibles sus creaciones. Un efecto que también percibimos al observar el acabado del movimiento a través del fondo transparente de la caja. Es aquí cuando descubrimos uno de los rasgos más curiosos y fascinantes de la firma: la platina y los puentes del calibre 1300-3 están elaborados en oro rosa. François Paul Journe tomó en 2004 la decisión de fabricar sus movimientos en este metal noble, algo inaudito hasta entonces dentro de la industria relojera.
El maestro relojero optó por una actualización del Quantième Perpétuel a finales de 2020. Todos los cambios introducidos en la colección se ceñían a elementos estéticos. El más reseñable es la aparición de una nueva esfera, realizada ahora en plata y con un guilloché Clous de Paris a la vez que desaparecía anillo atornillado de las primeras versiones. Más cambios incorporados fueron la realización en aplique de los números horarios y la aparición de marcos en las ventanas del calendario en el mismo material de la caja. Como decimos, pequeños cambios con el objetivo de modernizar su diseño.
Materiales excepcionales
El Quantième Perpétuel está disponible tanto en el nuevo formato como en su configuración anterior. En ambos casos los materiales elegidos para la caja son oro rosa o platino.
En cuanto al diámetro, otra curiosidad de F.P.Journe. El Quantième Perpétuel se ofrece en dos tamaños diferentes: 40 o 42 milímetros. Sin diferencias en las esferas, esta opción de tamaño puede parecer superflua, pero todo buen aficionado ya sabrá que un milímetro puede representar un salto extraordinario en cuestión de relojes.
La elección del color de la esfera (plateada o azul) completa la lista de opciones que nos ofrece este maravilloso calendario perpetuo.
