Reloj Girard-Perregaux Casquette 2.0 Edición 2022
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Girard-Perregaux Casquette 2.0, un clásico diferente

Con un diseño futurista y un revolucionario movimiento de pantalla LED, el Girard-Perregaux Casquette es el símbolo de una época de la relojería marcada por el auge del cuarzo. La manufactura suiza resucita esta fantástica creación en una edición limitada que entusiasmará a los coleccionistas.

La historia de la relojería es mucho más que piezas de bolsillo fabricados en pequeños talleres en las montañas o modelos convertidos en iconos por los coleccionistas con el paso del tiempo. Hubo un tiempo, no muy lejano, en el que los grandes fabricantes pensaron que el cuarzo era el futuro de la relojería. Aquella apuesta casi resultó ser mortal para la industria suiza, incapaz de competir más tarde con la competencia procedente de Japón. Logró encauzar la situación con un movimiento aún estudiado en todas las escuelas de negocios: la transformación del reloj en objeto de lujo, apoyada además en la recuperación de la relojería mecánica. Este giro estratégico fue capaz de salvar la situación y devolver a la relojería suiza el prestigio que hoy en día conserva.

El Casquette se presentó en 1976 durante la feria de Basilea (Suiza)
El Casquette se presentó en 1976 durante la feria de Basilea (Suiza)

Sin embargo, esta apuesta por la relojería mecánica de calidad no puede hacernos olvidar que, en efecto, el cuarzo fue en su momento la tecnología más valorada por todas las firmas del mercado. Claro que aquellos movimientos electrónicos primigenios no tenían ni la complejidad ni el valor artesanal de los calibres mecánicos, pero es indudable su valor histórico, muy apreciado por muchos coleccionistas del mercado. Es, en definitiva, una visión alternativa e igual de interesante del renacimiento vintage que ha vivido la relojería en los últimos años.

Un ejemplo del revival de los modelos pioneros de cuarzo lo vivimos el año pasado cuando Girard-Perregaux propuso para la subasta benéfica Only Watch la recuperación de su mítico Casquette. Aquel reloj, realizado en colaboración con la casa Bamford y realizada en carbono forjado, fue finalmente adquirido por un precio final por 80.000 francos suizos, cuando los organizadores de la subasta estimaron para ella un valor final de 20.000 francos suizos. ¿La magnífica aceptación alcanzada por esta pieza única un síntoma del interés del mercado por este tipo de piezas antiguas? El lanzamiento del nuevo Casquette 2.0 así nos lo confirma.

La historia de un pionero

Anuncios publicitario del reloj Girard-Perregaux Casquette de 1976
Anuncios publicitarios de 1976 del Girard-Perregaux Casquette

Hagamos un poco de historia y vayamos a finales de los años sesenta para entender la importancia del Casquette. A mediados de la década, varios de los más importantes fabricantes de mecanismos deciden colaborar con las autoridades y crean el Centre Electronique Horloger (CEH), una entidad destinada a la investigación y desarrollo de los movimientos de cuarzo. Hace años que firmas como las estadounidenses Bulova y Hamilton han marcado has mostrado que el futuro de la relojería pasa por la electrónica, aunque aún queda mucho por recorrer. El CEH trabaja durante años para crear un calibre comercialmente viable y lo consigue en 1970 con el Beta 21, aunque un año antes la japonesa Seiko se ha adelantado y ha puesto a la venta el primer reloj de pulsera equipado con un movimiento de cuarzo. Su famoso Astron.

Aunque el trabajo del CEH es encomiable, no sería la única organización suiza que trabajaba en el desarrollo de un movimiento de cuarzo. Entre los proyectos que la industria desarrolla en aquellos tiempos está el de Girard-Perregaux, firma que presentaría en 1971 el Caliber 350 y que finalmente acabaría siendo más preciso que el mismísimo Beta 21. Como curiosidad, aquel Caliber 350 funcionaba con una frecuencia de 32.768 hercios, medida que acabaría siendo estandarizada por el resto de la industria.

El éxito del Caliber 350 motivó a Girard-Perregaux a explorar nuevos campos dentro de la relojería electrónica. Aquel esfuerzo daría sus frutos en 1976 con el lanzamiento del Casquette.

El Casquette es un digno hijo de su tiempo. Lo fue en tecnología y lo fue también en diseño. En el primer caso, combinó su experiencia en el desarrollo de movimientos de cuarzo de tipo LED. Esta tecnología ya había sido usada con éxito en la relojería comercial unos años antes la firma Pulsar con sus modelos P1 y P2. Las pantallas LED aportaban a los relojes una imagen futurista que causó furor entre los clientes más potentados de la época. También tenía una serie desventaja: su altísimo consumo de energía. Por esta razón estos relojes, tanto el Pulsar como el Casquette, mantenían la pantalla apagada la mayor parte del tiempo y solo se encendía cuando al presionar un botón.

Foto del reloj Girard-Perregaux fabricó el primer Casquette en tres versiones diferentes: oro chapado, acero y Makrolon
Girard-Perregaux fabricó el primer Casquette en tres versiones diferentes: oro chapado, acero y Makrolon

El diseño del Casquette era igual de espectacular que la compleja tecnología que guardaba en su interior. Sus poliédricas formas recuerdan a otros diseños de la época; desde las naves espaciales de La Guerra de las Galaxias, y cuyo estreno será un acontecimiento mundial apenas unos meses después (7 de noviembre de 1977), hasta asombrosos deportivos que acaban de llegar al mercado, como el Lamborghini Countach.

Como ocurre con las tecnologías en fase de experimentación, el Casquette pronto quedó desfasado ante el avance de la competencia, tanto interior como exterior. Como decíamos antes, a mediados de los setenta la industria suiza se disponía a afrontar la peor crisis de la historia a causa de la competencia japonesa. Mientras tanto, los fabricantes apostaban por la tecnología digital, pero pronto optaron por las pantallas LCD en lugar de las LED, mucho más fáciles de leer y de un consumo energético mucho menor.

El Casquette fue lanzado comercialmente en 1976 y apenas estuvo dos años en el mercado. En este tiempo, Girard-Perregaux llegó a producir un total de 8.200 unidades. Los años siguientes serían complicados para Girard-Perregaux, que solo conseguiría recuperar su prestigio perdido a comienzos de la década de 1990 con su adquisición por parte del empresario y corredor de rallyes italiano Luigi Macaluso, aunque esta ya es otra historia para contar en otra ocasión.

Reedición mejorada

El objetivo de Girard-Perregaux se ha centrado en la mejora más que en la fidelidad a la pieza original. Así lo podemos comprobar en la elección del nombre de la reedición, Casquette 2.0, el cual nos lleva a imaginar que hay varios aspectos que lo diferencian del modelo de 1976. Claro que los hay, y son bien importantes.

Nuevo Girard-Perregaux Casquette 2.0
Nuevo Girard-Perregaux Casquette 2.0

Exteriormente, el Casquette 2.0 se parece al original, aunque no es exactamente igual. El cambio más importante lo encontramos en los materiales utilizados. Girard-Perregaux fabricó el primer Casquette en tres versiones diferentes: oro chapado, acero y Makrolon. Este último material, hoy desaparecido del mercado, era un tipo de policarbonato usado en aquellos tiempos por su dureza y resistencia.

Una última función incorporada es la denominada fecha secreta. Consiste en la elección de una fecha concreta que el comprador quiere recordar por algún motivo personal. En una hora concreta del día, también ajustada por el dueño del reloj, esta fecha aparecerá en la pantalla del reloj por un breve momento.

Detalles de la caja y del brazalete de cerámica negra.
Detalles de la caja y del brazalete de cerámica negra.

Los actuales responsables del Girard-Perregaux han querido mantener esta ligereza y acabado negro que caracterizó a los Casquette fabricados en Makrolon, aunque sabiamente han preferido sustituirlo por una combinación de cerámica negra y titanio que aportan al nuevo Casquette 2.0 un mejor aspecto. También es de cerámica el brazalete articulado, aunque en esta ocasión incluye un revestimiento interior de caucho para aumentar su comodidad. El reloj informa de una hermeticidad hasta 50 metros, una cifra bastante respetable para un reloj de estas características.

Los cambios también afectan al mecanismo de cuarzo, desarrollado en los años 70 y que tanta sensación consiguió en su lanzamiento. Las características más icónicas del movimiento se mantienen inalteradas, como la frecuencia de 32.768 hercios o el uso de una pantalla tipo LED. Pero la tecnología ha evolucionado lo suficiente en estos 45 años para que tenga su reflejo en el nuevo mecanismo desarrollado por Girard-Perregaux.

Girard-Perregaux Casquette 2.0 de cerámica negra
Girard-Perregaux Casquette 2.0 de cerámica negra

El Casquette original mostraba la información de horas, minutos, segundos, día de la semana y fecha. El nuevo Casquette 2.0 suma a éstas las indicaciones de mes y año, las funciones de segundo huso y cronógrafo. Una última función incorporada es la denominada fecha secreta. Consiste en la elección de una fecha concreta que el comprador quiere recordar por algún motivo personal. Imaginemos que sea la fecha de un cumpleaños o un aniversario. En una hora concreta del día, también ajustada por el dueño del reloj, esta fecha aparecerá en la pantalla del reloj por un breve momento. Una función curiosa y divertida que nos demuestra que siempre hay espacio para mejorar la tecnología si empleamos un poco de imaginación.

Para unos poco afortunados

El Casquette se presenta en una original caja que recuerda a la de los coches de jueguete
El Casquette se presenta en una original caja que recuerda a la de los coches de jueguete

El Casquette 2.0 es un producto muy especial y esto debía quedar reflejado en su producción. Girard-Perregaux ha decidido lanzarlo en edición limitada de solo 820 unidades para todo el mundo. La explicación de tan curiosa cifra la encontramos en la producción del primer Casquette que antes mencionábamos: 8.200 relojes. Su escueta producción y su precio relativamente asequible (4.700 euros) nos llevan a pensar que no será fácil hacerse con un ejemplar. Si lo consigue, felicidades, porque será dueño de un icono de una etapa crucial de la historia de la relojería suiza.