Estamos de enhorabuena. Girard-Perregaux acaba de lanzar una nueva versión de su reloj Laureato, esta vez con las esferas en un sofisticado color verde y color cobre. Buena oportunidad para recuperar uno de los grandes relojes deportivos del siglo XX, cuya vuelta a la actualidad en los últimos años ha coincidido con el resurgir de los modelos de brazalete integrado.
Girard-Perregaux presentó el Laureato en 1975 con un objetivo muy específico: crear un modelo que acogiera su nuevo movimiento de cuarzo. Recordemos que la manufactura de La Chaux-de-Fonds se había adelantado a toda la competencia unos años antes con el lanzamiento del primer calibre de cuarzo suizo, en 1971. El nuevo movimiento de cuarzo, más pequeño y plano que el primero, debía venir acompañado de un reloj de moderna concepción, que atendiera a los gustos de las nuevas generaciones. Y esos gustos pasaban de manera inapelable por su fabricación en acero y la inclusión del brazalete integrado.
Años de evolución
Curiosamente, el reloj fue presentado en 1975 con otro nombre (“Cronómetro de Cuarzo”, tal como aparece en su esfera) y sería más tarde cuando pasara a conocerse como Laureato, a propuesta del distribuidor italiano de la firma.
El Laureato tuvo muy buena recepción por parte de los seguidores de Girard-Perregaux y encontró su hueco en el catálogo de la firma con su mezcla de deportividad y elegancia. En 1984 el reloj vive su primera evolución, con un nuevo diseño de brazalete y la incorporación de las indicaciones de calendario.
Pero no sería hasta 1995 cuando conoceremos el primer Laureato con movimiento automático. En aquellos momentos, el cuarzo está pasado de moda y son los calibres mecánicos los más demandados por el público. El Laureato también gana en tamaño y complicaciones hasta incorporar algunas tan icónicas para Girard-Perregaux como el tourbillon bajo tres puentes. Serán años de gran popularidad, con la aparición de algunas de las referencias sobre las que ha labrado su fama este reloj.
Un nuevo renacimiento
Los gustos y las modas cambian. También las preferencias de los clientes y las estrategias de las marcas. Esta fue la razón que, con la llegada del nuevo milenio, el Laureato fue perdiendo protagonismo en beneficio de otras referencias, primero más deportivas, y ya en la década de 2010, por relojes más clásicos, acorde con las tendencias del mercado en aquel momento.
Fue en 2016 cuando Girard-Perregaux decidió recuperar el Laureato dentro de programa de ediciones especiales lanzadas con motivo del 225 aniversario de la firma. Fueron dos piezas, cada una de ellas limitada a 225 unidades, que recuperaban las líneas y estética de los modelos originales. La buena recepción que tuvieron estos dos modelos conmemorativos animó a Girard Perregaux a recuperarlo para su catálogo al año siguiente. Era la quinta generación que experimentaba el Laureato en sus, por entonces, 42 años de vida.
Amplia gama de referencias
La nueva generación del Laureato tiene en la versión de 42 milímetros su modelo estrella. Es un reloj acorde con los gustos actuales, de la cual ya hablaremos más adelante con motivo de su más reciente novedad. El Laureato 42 se ha presentado en versiones de acero y oro rosa, con diferentes acabados de esfera. También está disponible en tamaño más pequeño de caja (38 milímetros) pensando en el público femenino, decisión que confirma la naturaleza genderless (“sin género”) del reloj, al igual que ocurre con los modelos más exitosos hoy en día del mercado.
Muy esperada por los seguidores de Girard-Perregaux era la versión cronógrafo del Laureato, la cual no tardó en aparecer en el catálogo de la manufactura. Estos modelos conservan el diámetro de 42 milímetros de la versión de tres agujas, lo que sin duda es un acierto por parte de sus creadores. Porque el Laureato Cronógrafo mantiene los grandes atributos de la colección, con el añadido de su carácter más funcional. Los nuevos elementos se integran a la perfección en el diseño original, con los pulsadores en posición diagonal y los contadores de la esfera en suave contraste con el Clous de Paris del resto de su superficie. En sus diferentes versiones, el Laureato Chronograph ya se ha convertido en uno de los actuales bestsellers de Girard-Perregaux.
Técnica y poder
La oferta del Laureato no acaba estos modelos. Girard-Perregaux ha hecho valer su condición de gran manufactura relojera con los modelos Skeleton. Estos modelos interpretan de un modo contemporáneo una tradición tan clásica como la del esqueletado. Los nervios del movimiento prolongan con elegancia las curvaturas de la caja, recubiertos con un tratamiento galvánico gris que acentúa su imagen moderna y sofisticada. Su carga automática le dota además de un componente práctico y que se convierte en un reloj idóneo para el día a día.
Un concepto diametralmente opuesto es el que nos propone Girard-Perregaux con la línea Laureato Absolute, colección lanzada al mercado en 2019 y que ejemplifica el lado más deportivo y radical de la manufactura de La Chaux-de-Fonds. Las cajas ganan diámetro y aparecen combinaciones cromáticas más potentes. La casa no duda incluso en arriesgar con materiales más técnicos como la cerámica o el cristal de carbono, una mezcla de fibra de vidrio y fibra de carbono en cuyo uso Girard-Perregaux ha sido pionera en el campo de la relojería.
Un futuro en verde
Girard-Perregaux ha ido renovando de manera constante el catálogo del Laureato durante estos cinco años. Entre las referencias más recientes en llegarnos encontramos la nueva versión de esfera verde, de gran interés al formar parte de una de las tendencias más fuertes de la relojería actual.
Es indudable que este color se ha convertido en el nuevo “azul” dentro del segmento de relojes masculinos. El verde ha demostrado ser una opción muy versátil, con una gama de tonos que va de los oscuros más elegantes a los más atrevidos lima o menta. Aquí entra el gusto personal de cada uno para identificar el matiz que más guste.
En el caso del nuevo Laureato, Girard-Perregaux ha escogido un verde de tono medio, muy elegante y discreto, aunque manteniendo la personalidad que siempre aporta a las esferas relojeras. El color se ve además beneficiado por el acabado Clous de Paris de la superficie, un signo ya característico de la colección Laureato. Si es novedad que la esfera verde venga acompañada de un realce en negro. Es la primera vez que encontramos este contraste de colores en una esfera de un Laureato de tres agujas.
Elegancia con personalidad
Más allá del añadido del verde de la esfera, el nuevo Laureato se mantiene fiel a las virtudes y características técnicas que llevamos viendo en este reloj desde su reestreno en 2017. La caja de acero tiene un diámetro de 42 milímetros. Su altura queda limitada a 10,68 milímetros. Un grosor más que adecuado para que el reloj pueda ser llevado con camisa de manga larga y tengamos problemas con el puño. La finura de la caja también nos recuerda que estamos ante un reloj extremadamente cómodo, en buena parte debido a su construcción de brazalete integrado. Los eslabones, cuyos acabados alternan satinados y pulidos, están cuidadosamente terminados para que se desplacen con gran suavidad.
Los movimientos siempre son un elemento a tener en cuenta cuando hablamos de una manufactura histórica como Girard-Perregaux. El Laureato 42 emplea el calibre GP01800-2035 de carga automática, un mecanismo de 30 milímetros de diámetro y reserva de marcha de 54 horas. La delicada decoración de todas sus superficies es visible a través del fondo transparente de la caja. Esta nueva versión del Laureato con la esfera verde sin duda es una de las propuestas más refrescantes que nos ha llegado de la colección de Girard-Perregaux. Pero no será última.
Sofisticación en cobre
No podíamos acabar este artículo sin nombrar la incorporación más reciente al universo Laureato. Se trata del Laureato 38 mm Cobre, un reloj interesante por la gran cantidad de soluciones que propone. Girard-Perregaux recupera el tamaño de 38 milímetros, ya presente en la vuelta del Laureato en 2017 y que hoy en día se propone como una sugerente opción válida tanto para hombres como para mujeres. Esta faceta unisex del Laureato es posible gracias a las características del diseño del reloj, el cual aprovecha su mezcla de elegancia vanguardista y clasicismo armónico para proponerse como reloj atemporal y sin barreras de género.
El segundo elemento por destacar de esta novedad es el acabado que da nombre a la referencia. La icónica esfera, grabada con un guilloché motivo Clous de Paris, se viste para la ocasión de una superficie de tono cobre, de espectacular aspecto metálico, aunque disfrutando de la calidez de los reflejos dorados. Evocadora imagen completada con una aguja central de segundos y el disco de fecha, los cuales comparten el mismo acabado dorado que la esfera. Visto la excelente terminación del modelo, no nos extrañaría que el cobre se postulara como el próximo color de moda dentro de las tendencias relojeras.
Alojado en una elegante caja de sólo 10 mm de altura, este Laureato está equipado con un movimiento de cuerda automática, el calibre GP03300. Este movimiento de diseño propio, visible a través de su fondo de caja transparente, está enriquecido con numerosos detalles. Algunos componentes incorporan, como mínimo, cuatro decoraciones diferentes que incluyen desde diferentes acabados hasta varios grabados. La oferta de posibles acabados es sumamente interesante ya que incluye el biselado, el satinado pero también, los motivos en espiral y el efecto de rayos de sol.
Con estas dos nuevas versiones de Laureato, Girard-Perregaux afianza la colección como referencia de esencia, diseño, creatividad e innovación. Con casi ya cincuenta años a sus espaldas, Laureato ya se ha convertido en todo un icono de la relojería deportiva y, lo que es más importante, con un futuro de lo más prometedor. Los clásicos no pasan de moda, y el Laureato ya lo es desde hace mucho.