Reloj de Aviador IWC con esfera verde
Relojes

Relojes de Aviador, el ADN de IWC

Las últimas incorporaciones a la familia de relojes de aviador de IWC Schaffhausen nos dan la excusa perfecta para re-descubrir los modelos más emblemáticos de IWC.

Los relojes forman parte de la cultura del ser humano, y por tanto le han acompañado en cada paso hacia adelante que ha dado nuestra civilización. Así, no se entiende el progreso del ferrocarril -el gran protagonista del siglo XIX- sin la ayuda de los cronómetros. El siglo XX y XXI son los siglos de la aviación, y allí están también los relojes.

Historia de los primeros relojes de aviador de IWC

Henry Ford no sólo revolucionó el mundo del automóvil cuando comenzó a construir su Ford T en serie. También predijo, en los años 20, que todos los aviones serían metálicos. De hecho, en 1925 apareció el Ford Trimotor, el primer avión de transporte civil completamente hecho de aluminio. Se le conocía con el poco favorecedor nombre de “El Ganso de Lata” (Tin Goose). Algo debe haber con los animales, porque cuando en 1917 apareció en el frente occidental de la I Guerra Mundial el Junkers J.1, fabricado con un fuselaje de acero, recibió el sobrenombre de “burro de hojalata” (Blechesel).

El caso es que los aviones metálicos permitieron velocidades mayores (se superaban los 300 Km/h) y también altitudes que sobrepasaban los 4 kilómetros. Esto supuso también un reto para los relojes, instrumentos vitales para los pilotos.

Los relojes de aviador en el siglo XX: pioneros del aire.

IWC, que hasta ese entonces no se había metido en ese mundo, lanzó en 1936 su “Reloj Especial para Pilotos”, que incluía un cristal antirroturas, numerales y manecillas con tratamiento luminiscentes, un bisel rotatorio con un índice para registrar períodos cortos de tiempo y un volante antimagnético. Y además era resistente a los cambios de temperatura: de -40 a +40 grados Celsius.

El primer reloj para pilotos de IWC en 1936
Reloj Especial para Pilotos (1936)

Pero fue en 1940 cuando IWC lanzó su primer Big Pilot’s Watch (referencia IW431). Era una edición de 1.000 piezas entregadas a la Luftwaffe, con un diámetro de 55 mm y una altura de 16,5 mm.

Primer gran reloj de aviador de IWC (1940)
Primer gran reloj de aviador de IWC (1940)

El triangulo con dos puntos luminiscentes situado a las 12h sobre la esfera de los relojes de aviador se usa como referencia visual para el piloto durante los vuelos nocturnos.

Estaba pensado para llevar por encima de las gruesas cazadoras de los pilotos y tenía las características de un reloj de observación, que a la postre definieron a los relojes de piloto: fondo negro, grandes numerales y manecillas blancas para que el contraste fuera óptimo y, sobre todo, un triángulo a las 12 horas con dos puntos que sirviera de referencia al piloto para leer la hora rápidamente.

En 1948 comenzó la producción de otro reloj mítico de la casa, el IWC Pilot’s Wristwatch Mark 11, que respondía a los exigentes requerimientos de la RAF británica. 9

IWC Pilot’s Wristwatch Mark 11
IWC Pilot’s Wristwatch Mark 11 (1948)

El reloj se estuvo fabricando hasta 1981, aunque a partir de 1994 IWC lo retomó y lo fue actualizando cada cierto tiempo. Con la misma apariencia en la esfera (distinguible por la manecilla de horas “cortada”), en 1988 se lanzó el primer Pilot’s Chronograph (conocido como “Flieger Chronograph”), y en 1992 el “Dopplechrono”, o rattrapante.

IWC Reloj de Aviador Cronógrafo (1988)
IWC Reloj de Aviador Cronógrafo (1988)

Siglo XXI, el éxito de los Relojes de Aviador

En 2002 IWC presentó su gama de calibres de manufactura de la serie 5000 y, junto con ellos, un nuevo Big Pilot’s Watch de 46,2 mm de diámetro. En 2007 presenta el primer reloj Top Gun, un doble cronógrafo con la fecha en forma de altímetro y que en 2012 pasaría a ser una familia de relojes independiente.

El éxito de los relojes de piloto de IWC es incontestable, hasta el punto de que, para muchos, IWC es una casa de relojes de piloto

El éxito de los relojes de piloto de IWC es incontestable, hasta el punto de que, para muchos, IWC es una casa de relojes de piloto. Y para muchos otros, si están considerando comprar un reloj de piloto IWC es la única opción verdadera. Así de potente es su imagen. Tan importante es que, aunque las colecciones de IWC van rotando cada año y la casa pone el énfasis en una familia distinta cada año, en 2020 presentó una colección de relojes de piloto nueva y este año ha presentado otra nueva, con novedades que merece la pena resaltar.

IWC Schaffhausen Gran Reloj de Aviador 43 mm

IWC Schaffhausen IWC Gran Reloj de Aviador 43 mm
IWC Schaffhausen IWC Gran Reloj de Aviador 43 mm

Tradicionalmente IWC usaba sus calibres para relojes de bolsillo en los de pulsera; por eso han sido siempre grandes. Sin embargo, este año ha presentado una nueva versión que ha reducido su diámetro a 43 mm, mucho más aceptable para muchas más muñecas. Es una estrategia que ya implementó el año pasado con su otro buque insignia, el Portugieser. De hecho, comparte el mismo calibre automático 8210, con una frecuencia de 4 hercios y 60 horas de reserva de marcha.

Este nuevo modelo mantiene la gran corona con forma de diamante, clásica de los relojes de piloto, y presenta una esfera limpia, tan solo con la indicación de horas, minutos y segundos. Al menos por ahora está disponible en dos colores: negro mate -que es la configuración más pura del reloj de piloto- y azul decorado con rayos de sol, muy atractivo.

El reloj se encuentra con una gruesa -pero cómoda- correa de piel de estilo vintage o un brazalete de cinco eslabones. Ambos incluyen el sistema de cambio rápido. El precio con la correa es de 8.900 euros, mientras que el brazalete añade 1.000 euros más. Éxito asegurado.

IWC Schaffhausen Reloj de Aviador Cronógrafo 41 mm

IWC Schaffhausen Reloj de Aviador Cronógrafo 41 mm
IWC Schaffhausen Reloj de Aviador Cronógrafo 41 mm con sistema de intercambio rápido de correas

La segunda configuración de éxito para IWC es el cronógrafo, porque el diseño clásico de tres registros combina perfectamente con la estética del reloj de piloto de manera que, aunque hay muchos elementos, la lectura es impecable. El calibre 69385 es la reinterpretación muy mejorada del anterior calibre 69370, que a su vez estaba basado en el Valjoux 7750.

En este caso la frecuenta es también de 4 hercios y la reserva de marcha es de 46 horas. Afortunadamente, aunque el reloj es hermético hasta los 100 metros, un zafiro posterior permite ver el movimiento.

Se presenta con esfera azul y verde, y también con correa de piel o brazalete metálico. El precio es de 6.900 o 7.650 euros respectivamente.

IWC Schaffhausen Gran Reloj de Aviador Tourbillon Fuerza Constante edición «IWC Racing»

Detalle del tourbillon de IWC

Pero la capacidad creativa de IWC va más allá de los relojes de piloto, y su maestría para crear complicaciones relojeras está fuera de toda duda. Así, en una especie de “porque yo lo valgo”, la casa también ha creado piezas de piloto con altas complicaciones, como este caso. Y el resultado es impresionante.

La caja está fabricada en Ceratanium, que es una mezcla -patentada- de titanio que se funde en el horno y da como resultado una superficie mate. El mecanismo de fuerza constante desconecta el escape del flujo de energía directo del engranaje y le transmite impulsos regulares durante toda la duración de la reserva de marcha (96 horas, nada menos). A ello se une el tourbillon, pensado para compensar la fuerza que ejerce la gravedad sobre el volante. Todo ello para conseguir la máxima precisión, pero con una presencia muy potente y moderna, muy distinta a como se suelen presentar estas altas complicaciones.

Son sólo algunos ejemplos de cómo IWC ha sabido conquistar un mercado que, gracias a sus buenos diseños y maestría técnica, domina sin concesiones.