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La etiqueta masculina del siglo XXI

¿Cómo se lleva el traje hoy en día? ¿Puedo llevarlo con zapatillas? Presentamos una breve actualización de la elegancia masculina para el hombre de hoy en día.

¿Cómo se lleva el traje hoy en día? ¿Puedo llevarlo con zapatillas? Presentamos una breve actualización de la elegancia masculina para el hombre de hoy en día.

En 1978, Douglas Sutherland escribía en la revista Esquire un decálogo sobre el nuevo caballero. El periodista se planteaba entonces si debíamos de revisar los códigos de conducta (y los de elegancia) para adaptarlos a los nuevos tiempos de finales de los 70. Más de 40 años después está claro que la etiqueta masculina ha cambiado y que el estilo ha evolucionado. ¿Cómo debemos entender entones hoy en día la manera de vestir y de comportarse del hombre del siglo XXI?

Uno de los elementos que más ha variado, o quizás sería mejor decir que más se ha actualizado, es el traje. Los códigos de buena conducta siguen indicando que es la pieza estrella del armario del hombre, pero es cierto que hoy en día un traje ya no se entiende como lo hacíamos en los tiempos en los que Douglas escribió su famoso artículo.

Traje con sneakers, ¿sí o no?

¿A qué nos referimos? Hace unas décadas llevar un traje con zapatillas hubiera sido considerado un atentado contra la elegancia con el que posiblemente no hubiéramos podido entrar en los locales de moda. Ahora en cambio, y gracias no solo a las pasarelas sino también al impulso que le han dado las revistas de moda (que realmente han recogido una tendencia que ya se observaba en la calle), el traje se puede llevar con deportivas. Que se lo pregunten sino a firmas como Alexander McQueen. Es la versión más informal de esta prenda y se aconseja, eso sí, llevarlo sin corbata, ya que contrastaría con el aire casual que le estamos dando con los sneakers. Eso sí, tampoco deberíamos que abusar de esta prenda. Hay que entenderla en un contexto, pero es cierto que ya nadie se llevará las manos a la cabeza por vernos así.

La revista GQ, eso sí, hace tres años, también publicaba un decálogo sobre indumentaria y en este resaltaba una norma que deberíamos seguir al pie de la letra para saber cómo actuar con un traje: este sigue siendo la pieza fundamental de nuestro armario, pero solo deberíamos llevarlo cuando realmente sintamos la necesidad de que es imprescindible. Y es que es importante saber defender nuestro look en todo momento. La moda ahora da mucha importancia a sentirnos a gusto con lo que llevamos. ¿Recuerdan eso de ‘be water my friend’? Por ahí van los tiros.

Cortesía Alexander McQueen

A algunos hombres les produce cierto escalofrío una invitación en la que piden esmoquin, pero no hay que tenerle miedo a esta prenda. Es más, si me permiten un consejo, todo caballero debería tener uno en su armario. ¿Por qué? Para empezar porque es una prenda que evoluciona bastante poco con el paso del tiempo, por lo que es una inversión que se rentabiliza con el paso de los años, y siempre da mejor resultado que uno alquilado. Además, si ellas se permiten en lujo de ir de largo, nosotros también deberíamos darnos el gusto de vestir con uno de los elementos de la máxima etiqueta que tenemos. Es, además, una excusa perfecta para lucir unos elegantes gemelos o, incluso, una botonadura joya (siempre se recomienda este detalle frente a las camisas más estándar).

Retomando los consejos que proponía la cabecera de GQ en 2018, la cabecera masculina también hacía referencia a un dato importante: un hombre del siglo XXI se gasta más en unos pantalones que en las zapatillas. Y es que si bien es cierto que las deportivas últimamente lo invaden todo, no está de más que prestemos también atención al resto de la ropa.

La camisa es otro de los básicos imprescindibles de todo hombre, aunque por ejemplo también le haya cedido espacio a la camiseta a la hora de combinarse con un traje. ¿Lo mejor de todo? El prescindir de la chaqueta y aparecer en una reunión informal o en una comida con pantalón de traje, camisa y zapatillas (por recoger todo lo que hemos tratado hasta este momento) está totalmente permitido hoy en día. Eso sí, los que más saben del asuntos se preocupan por detalles como la medida de los puños de sus camisas: siempre deberá ser mayor el de la muñeca en la que llevemos el reloj. Y un elemento que no ha variado con el tiempo: la camisa blanca sigue siendo una apuesta sobre seguro.

La nueva etiqueta masculina incluye complementos

En este artículo donde pretendemos repasar el nuevo ABC de la etiqueta masculina, también debemos de hacer referencia a los accesorios. Si en los tiempos en los que Douglas escribía su texto al hombre solo se le aceptaba llevar un maletín, ahora el bolso se ha convertido también en un básico. Ya sea un tote, un bolso de mano o una bolsa para el fin de semana en la que llevar la ropa de deporte, es uno de los complementos más aceptados en la indumentaria masculina que, además, ayuda a vaciar los bolsillos, consiguiendo así un maravilloso ‘efecto secundario’: la ropa nos sienta mejor.

Cortesía de Louis Vuitton

El reloj sigue siendo un básico en la indumentaria y, posiblemente, la mayor joya de un hombre. Y en tiempos en los que la tecnología se impone, lo cierto es que un modelo clásico se convierte en una pieza atemporal que nunca falla y que siempre llama la atención. A esto podemos añadir que nunca estará de más tener unas nociones básicas de relojería y saber, aunque sea por encima, qué complicación tiene el modelo que llevamos o un poco de historia de la marca. Es una anécdota que nos puede generar un interesante tema de conversación.

Ya que hemos sacado el tema del mundo digital: que este no nos supere. Es cierto que debemos de estar abiertos a todas las novedades que nos faciliten la vida, pero la elegancia de escribir con una pluma o un buen bolígrafo, o mejor, tener un juego de pluma y bolígrafo con nuestras iniciales, es insuperable. En este momento en el que tecleamos bastante más de lo que escribimos a mano, recuperar esta tradición siempre da un toque de distinción que todo el mundo suele apreciar. Basta observar cómo se ha recuperado la tradición de la caligrafía, una moda que está arrasando en las capitales europeas. Eso sí, tampoco la sociedad nos exige tener una letra para enmarcar, que no salten las alarmas. De dejar el móvil encima de la mesa (un gesto del que pecamos todos) o el llevar los auriculares inalámbricos sin estar escuchando nada podemos hablar otro día si quieren.

El zapato masculino

Hemos mencionado antes de las zapatillas… bien, ahora le toca el turno a los zapatos. Siempre se ha dicho que un caballero se viste por los pies, y no es una frase hecha. Son muchos los expertos que aconsejan que lo primero que debemos de hacer es elegir los zapatos para luego construir nuestro look. Y para eso es importante contar con una variedad interesante para poder elegir el más adecuado. ¿Qué no debe faltar hoy en día en el armario de un hombre?

La norma reza que los zapatos de cordones son los más indicado para llevar con traje. Independientemente de si los queremos con costura inglesa (más informal, con la parte delantera del zapato cosida por fuera) o costura prusiana (más formal, con las palas cosidas bajo la parte delantera del zapato), son estos modelos los más indicados para el traje, aunque también le podremos hacer sitio a un zapato de hebilla (monkstrap), otro de los diseños indicados para este tipo de prendas.

Cortesía de Brunello Cucinelli

Si bien los mocasines se recomiendan para otro tipo de looks, lo cierto es que el uso ha hecho que cada vez se acepten más con el traje, como podemos ver en las propuestas de Berluti de esta temporada. Y de las zapatillas ya hemos hablado. Los náuticos siguen siendo, eso sí, el calzado más recomendable para los ratos de ocio. En esto poco ha evolucionado el mundo masculino, que ha tendido como todo a volverse cada vez más informal pero innovando más bien poco en las formas.

Ya ven por tanto que la nueva etiqueta viene básicamente a ordenar la elegancia del siglo XXI en la que cada vez tiene más hueco la moda deportiva. Y es que esta también puede ser elegante si sabemos adaptarla al momento y seguimos una serie de pautas de las que ya hemos hablado. Al final, de lo que se trata, es de ir bien vestido, con ropa que se adapte bien a nuestro cuerpo y que, sobre todo, sepamos defender y nos dé confianza. Pero que nadie les engañe: dicen que sobre gustos no hay nada escrito, pero lo cierto es que les podría citar toda una librería de títulos ya que es algo que ha obsesionado a la humanidad prácticamente desde el inicio de los tiempos.