Joyas

Las joyas eternas de la princesa Diana

Sus piezas de zafiros, el anillo de aguamarina o el collar con inicial que incorporó a su joyero, antes incluso de que se pusiese de moda. Hacemos un repaso por la icónica colección que hoy sigue inspirándonos

Desde sus tímidos looks de principios de los 80 hasta sus últimas apariciones a finales de los 90, mucho más atrevidas y rotundas. En nada se parecen el principio y el final de la evolución del estilo de la princesa Diana. Y, sin embargo, cada una de sus apariciones impactó por igual (y continúan haciéndolo) en el mundo entero. No hay duda de que Lady Di fue la primera y mayor influencer de toda la historia. Y no solo con sus coetáneas. El público millennial sigue fijándose en ella como máxima inspiración. Tanto que, aunque la princesa nunca convivió con las redes sociales, ahora está muy presente en ellas.

BRISBANE, AUSTRALIA – APRIL 11: Princess Diana, Wearing The Spencer Family Tiara With A Suite Of Sapphire And Diamond Jewels Which Had Been A Gift From The Crown Prince Of Saudi Arabia, At A State Reception In Brisbane, Australia (Photo by Tim Graham Photo Library via Getty Images)

Pero no solo el armario de este icono es revisado una y otra vez. También su joyero. Porque si sus looks eran mucho más que ropa, sus joyas guardaban igualmente un simbolismo que aún hoy sigue vigente con las afortunadas herederas de sus piezas. Que el príncipe William entregase a su prometida el anillo de compromiso de su madre significó que deseaba hacerla partícipe de su felicidad. Y que Meghan Markle eligiese para su boda el anillo de aguamarina que Diana mandó hacer tras su divorcio como símbolo de independencia, nos dio ya una pista del mensaje feminista que la duquesa de Sussex quería transmitir.

Además de por los significados que guarda la colección de Diana, la belleza de sus piezas hace que queramos capturar cada una de sus acertadas elecciones. Te presentamos la selección de joyería perfecta para toda entusiasta del estilo de la princesa, y un recorrido por el origen y significado de las joyas más apreciadas tanto por ella como por su familia.

Zafiros

Si hay una piedra preciosa protagonista en la colección de Lady Di esa es, sin duda, el zafiro. A lo largo de su vida fueron varias las piezas que llevó de manera reiterada pero la más famosa fue su anillo de compromiso. Primero por el alcance mediático —el enlace dio la vuelta al mundo— y, después, por tratarse de la joya elegida por el príncipe William para comprometerse con Kate Middleton. Y aunque primero perteneció al príncipe Harry (fue él quien eligió esta pieza como recuerdo tras la muerte de su madre), se la cedió a su hermano cuando supo que sería el primero en casarse. 

A diferencia de otros compromisos reales, en esta ocasión fue la propia Diana la que seleccionó entre varios modelos ya existentes (la mayor parte de las joyas reales se hacen por encargo) su propio regalo en 1981. Se decantó por una pieza formada por un zafiro azul de 18 quilates rodeado por 14 diamantes que luego completó con unos pendientes, también de zafiro, rodeados por 10 diamantes. Estos también son ahora una de las piezas más recurrentes en los looks de la duquesa de Cambridge.

Como regalo de boda, la Reina Madre entregó a Diana de Gales un gran zafiro azul que primero utilizó como broche, después como colgante y, finalmente, como parte de una gargantilla de perlas. Esta fue una de las joyas que más utilizó la princesa en looks de fiesta e, incluso, continúo llevándola después de su divorcio.

Anillo de aguamarina

Todas las joyas de la princesa guardan un significado especial y una historia detrás, pero quizás este anillo sea el más personal. No fue una herencia ni tampoco un regalo. Tras anunciar su divorcio en 1996, Diana encargó hacer esta pieza de aguamarina de talla esmeralda como un símbolo de independencia y de una nueva etapa que comenzaba. Fue precisamente esta joya la que protagonizó uno de los momentos más recordados de la boda de los duques de Sussex, cuando al subirse al descapotable azul en el que se dirigieron a la recepción privada de Frogmore House, Meghan Markle lo lució en su mano acompañando a su segundo look: un vestido de escote halter de Stella McCartney.

Pendientes de perlas y diamantes

En numerosas ocasiones la princesa lució sus pendientes favoritos: unas perlas en forma de lágrima acompañadas de diamantes y oro blanco. De hecho, fueron las perlas las gemas de las que nunca se separó, ya fuese a través de gargantillas, pendientes o pulseras. Estas piezas que Diana utilizaba tanto en eventos de gala como en otros momentos más informales, volvimos a verlas gracias a Kate Middleton —concretamente en la entrega de los premios BAFTA de 2019—, que combinó con un vestido blanco de Alexander McQueen, precisamente de escote Diana, y que inevitablemente también recordaba a la princesa.

Pulsera riviere

Un imprescindible de la joyería, como es la pulsera riviere, no podía faltar en el joyero de Lady Di. Su nombre proviene de la Costa Azul (denominada Riviera Francesa), donde el reflejo de la luna sobre el mar recordaba al brillo de esta composición de diamantes en talla brillante engarzados en oro blanco. Se trata de una joya completamente atemporal, por su discrección y, a la vez, majestuoso, por lo que encaja en situaciones informales o eventos de etiqueta.   

Joya con inicial

Es posiblemente la pieza más antigua de la colección de Lady Di —ya la llevaba antes de su compromiso, incluso antes de conocer a Carlos— y la acompañó años después de su boda. O al menos hasta que sus opciones fueron aumentando. El colgante con la inicial en oro de Diana es el primer indicio de hasta qué punto fue prescriptora de tendencias. Ella llevó mucho antes que el resto de las mortales las letras que en joyería fueron tan populares en los 80 (en su versión choker) y que hoy vuelven a ser tendencia.

Prince Charles and Diana, Princess of Wales (1961 – 1997) during a polo match at Werribee Park in Victoria, Australia, November 1985. Diana is wearing a necklace with a pendant in the shape of the letter ‘D’. (Photo by Jayne Fincher/Princess Diana Archive/Getty Images)

Reloj de oro

Con un borde oro de 18 quilates, Carlos le regaló a Diana por su vigésimo cumpleaños este reloj que tantas veces lució junto al del príncipe, un diseño de esfera circular y correa de piel. Durante los partidos de polo Diana solía juntar ambos en su muñeca izquierda como un amuleto para que la buena suerte interfiriera en el juego de su esposo. Tras su divorcio, la princesa sustituyó este reloj por otro modelo de oro, regalo de su padre John Spencer. Tras su muerte, su hijo William eligió esta pieza de entre todas las que componían el joyero de su madre con el fin de guardar un recuerdo de ella para toda la vida.