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Los mejores looks para esta Navidad los encontrarás en los clásicos del cine

Te proponemos siete icónicos (e infalibles) vestuarios de película y su versión actual, para que aciertes en tus próximas celebraciones

Tenemos ganas de fiesta. Más que nunca. Hemos puesto todas nuestras energías en reencontrarnos con amigos y familiares, en vivir una Navidad como las de antes y, ya de paso, en estrenar el vestido que formará parte de una fiesta que recordaremos el resto de nuestra vida.

Es el comienzo de una nueva etapa, y ya lo predijeron las pasarelas: la vuelta será por todo lo alto. Replicando los años 20 —cuando el mundo salió a bailar con sus mejores galas para dejar atrás una época difícil—, las colecciones de este invierno proponen la luz de las lentejuelas y los metalizados, el libre movimiento de las plumas o el tacto suave de la seda. Tendencias que nos resultan familiares porque ya las hemos llevado o porque las hemos visto, una y otra vez, a través de esa factoría de sueños que es el cine. Hacemos un recorrido por el cine del siglo XX para hacer realidad los looks que amarás estas fiestas y que, por su atemporalidad, amarás siempre.

El vestido lencero de Michelle Pfeiffer en Scarface

Tras su estreno en 1983, la cinta de Brian de Palma no solo se convirtió en una película de culto para los amantes del cine, sino que introdujo a Elvira Hancock, el personaje interpretado por  Michelle Pfeiffer, en el imaginario de las firmas de moda. Hasta ahora, el vestido lencero creado por la diseñadora de vestuario Patricia Norris ha sido inspiración, una y otra vez, para regalarnos un look atemporal que seguirá estando siempre de moda. Aprovechando la tendencia menos es más de esta temporada, Zara propone una versión en seda para que, acompañado por diamantes (igual que Elvira Hancock), obtengamos un look de Nochevieja infalible

Scarface
Michelle Pfeiffer, en Scarface, y Zara otoño-invierno 2021/22. ©Zara

El vestido cut-out de Lauren Bacall en Tener y no tener

Nos puede parecer que la técnica denominada cut-out es reciente y, sin embargo, Lauren Bacall ya la llevó (como nadie) hace casi ocho décadas. En 1944 se estrenó Tener y no tener, un film en el que la actriz luce un traje de seda con hombros armados y corte a la cintura que permitía dejar parte del abdomen de Bacall al descubierto. El mítico diseño lo firma Milo Anderson, un diseñador de Hollywood no muy conocido y que, sin embargo, se encargó de vestuarios inolvidables como el de Marlene Dietrich en Manpower o Joan Crawford en Mildred Pierce. La versión de otoño 2021 la encontrarás en COS. Esta es de algodón, por lo que además de servirte como vestido para estas fiestas (la clave está en introducir accesorios potentes) lo seguirás llevando una vez que estas finalicen.

Tener y no tener
Lauren Bacall, en Tener y no tener, y COS otoño-invierno 2021/22. ©COS

El traje rojo de Catherine Deneuve en Belle de Jour

Todo el vestuario de Belle de Jour, la cinta de Luis Buñuel estrenada en 1967, sigue siendo inspirador. No podía ser de otra forma cuando los trajes de Sèverine (Catherine Deneuve) están firmados por Yves Saint Laurent. El modisto y el cineasta contribuyeron a la atemporalidad y la elegancia de todas las piezas de la cinta, gracias a que convencieron a la actriz para cambiar las minifaldas —tendencia absoluta entonces— por un largo a la rodilla. De todos sus looks impecables rescatamos este traje de lana en tono carmín, muy parecido al que propone Chanel con pantalón, para vestir en cenas de empresa o en familia. Por cierto, que Roger Vivier, otro icono de la moda, firma los zapatos de este vestuario que merece un revisionado.  

Belle de Jour
Catherine Deneuve, en Belle de Jour, y Chanel otoño-invierno 2021/22. ©Chanel

El metalizado de Audrey Hepburn en Dos en la Carretera

El vestido de Paco Rabanne que lució Audrey Hepburn en una de las escenas de Dos en la carretera (1960) es una fantasía para cualquier celebración, sobre todo si esta incluye baile. No solo el uso del metal encumbró a Rabanne, también que confeccionarlo tuviera sentido. El movimiento ligero y natural que consiguió con estas piezas es una aportación tan grande a la moda que hoy sus diseños metálicos de estética futurista se exhiben en museos —el Instituto de la Indumentaria de Kioto posee algunas de estas piezas—. Julien Dossena, hoy al frente de la firma, resucita la estética metálica de sus orígenes con diseños más sutiles. 

Dos en la carretera
Audrey Hepburn, en Dos en la carretera, y Paco Rabanne otoño-invierno 2021/22. ©Paco Rabanne

El esmoquin de Katharine Hepburn en La mujer del año

Detrás de las cámaras, Katharine Hepburn no vistió faldas ni vestidos. Siempre llevó trajes de estética masculina. Tan solo Coco Chanel o Marlene Dietrich la precedieron. Y a pesar de que en las películas que protagonizó sí lució un vestuario más propio de sus contemporáneas, la actriz trasladó alguno de sus looks a la gran pantalla. Y demostró lo que años más tarde Yves Saint Laurent pretendía con la normalización del esmoquin en sus colecciones: parecer aún más femenina y sexy. Nos sigue encantando la chaqueta de terciopelo y solapa de raso de Hepburn en La mujer del año. Anthony Vaccarello la propone en lentejuelas en su colección para Saint Laurent. Diferentes versiones y una misma esencia para una pieza que siempre ha sido (y siempre será) una apuesta segura de los looks de Navidad.

La mujer del año
Katharine Hepburn, en La mujer del año, y Saint Laurent otoño-invierno 2021/22. ©Saint Laurent

Las plumas de Ginger Rogers en Sombrero de copa

El termómetro social y económico de las pasarelas de moda ya nos avisó. Estamos a punto de vivir nuestros propios locos años 20. Y como no podía ser de otra forma lo haremos poniendo la vista en los que tuvieron lugar hace cien años. Las plumas, la seda y los bordados de pedrería volverán a salir a la pista de baile, igual que ya lo hicieron con Ginger Rogers, junto a Fred Astaire, en Sombrero de copa (1935). La firma británica Erdem incluye en su colección faldas de plumas con las que bailar toda la noche… claqué o lo que haga falta.

Sombrero de copa
Ginger Rogers, en Sombrero de copa, y Erdem otoño-invierno 2021/22. ©Erdem

Los guantes de Rita Hayworth en Gilda

Cuando Jen Luois —referente del vestuario de Hollywood de los años 40 y 50— diseñó el vestido con el que Gilda (Rita Hayworth) baila Put the blame on Mame, no podría imaginar que pocos espectadores nos fijaríamos en su vestido de satén negro. Toda la atención se la llevan los guantes. Es inevitable: por el escándalo que fue ese striptease de brazos en 1946 y, hoy, por la repercusión que este accesorio ha tenido en la moda. Hayworth convirtió a Gilda en un mito y a sus guantes en un complemento de seducción durante décadas. Esta temporada, los denominados guantes de ópera tienen además una función maravillosa y útil —idea de Rodarte—: convertir casi cualquier vestido en un look de fiesta. Y quién sabe si, como el de Gilda, en un momento inolvidable.

Gilda
Rita Hayworth, en Gilda, y Rodarte otoño-invierno 2021/22. ©Rodarte