Un viaje alrededor del mundo

3 Dic 2024

POR Andrés Moreno

Los relojes GMT, o de viajeros, se han convertido en una opción básica de todas las grandes firmas del mercado. Cómo surgió esta complicación y qué diferencias existen entre los modelos son algunas de las dudas que intentaremos resolver en este artículo.

La Humanidad siempre ha mostrado el deseo de viajar. Algunas veces era por necesidad, otras por simple curiosidad. Nuestros antepasados se desplazaban de un lugar a otro para combatir con sus vecinos o para comercializar con ellos. Fuera la razón que fuera, los humanos siempre nos hemos desplazado y esta ha sido una de las razones básicas de la evolución de la especie. Visto en perspectiva, el desarrollo de la medición del tiempo siempre ha estado ligado a este ímpetu viajero. Fue así como los antiguos descubrieron el carácter esférico de nuestro planeta al cambiar la posición del Sol, y por tanto la hora, según el lugar donde se encontrasen. El mejor ejemplo de esta asociación entre la relojería y los viajes la tenemos en John Harrison y, por extensión, la aparición de los cronómetros marinos en el siglo XVIII, creados como instrumento para controlar la trayectoria de los barcos mediante el cálculo de la longitud y cuya aparición fue decisiva para convertir los relojes mecánicos en los instrumentos más precisos que creados por el hombre en aquella época.

Hacia la normalización horaria

Como decíamos antes, los antiguos viajeros pronto descubrieron que la hora cambiaba según el lugar donde se encontraban. Algo lógico si tenemos en cuenta que las comunidades se regían antiguamente por la hora solar y que los primeros relojes mecánicos se limitaban a reproducir esa misma hora del modo más exacto posible. De una ciudad a otra, incluso dentro de la misma región, la hora podía variar en unos minutos. Hoy en día lo vemos algo realmente complicado, pero esta diferencia de horas apenas inquietaba a nuestros antepasados, cuyas vidas transcurrían plácidamente en sus lugares de origen. O al menos eso pensaban hasta que, a mediados del siglo XIX, con unos medios de transporte cada vez más sofisticados y con el inicio de las telecomunicaciones (en 1826 se construyó la primera línea férrea del mundo entre dos ciudades y en 1837 aparecieron los primeros servicios de telegrafía), el hecho de que cada ciudad tuviera su propia hora pasó de ser una excentricidad para convertirse en un engorro.

Así lo vio Sandford Fleming, ingeniero de ferrocarriles escocés emigrado a Canadá que, por culpa de un malentendido en una estación irlandesa en 1876 (confundió la hora AM con la PM y por ello perdió un tren) proclamó la necesidad de implantar un sistema de horario universal.

La batalla de los meridianos

La gran novedad de la propuesta de Fleming fue su alcance mundial. Hasta entonces, los países más industrializados ya habían establecido mecanismos de unificación horaria a partir del uso de sus propios meridianos. Estas líneas imaginarías se trazaban generalmente tomando un observatorio astronómico de referencia y calculaban después las horas de sus ciudades según la distancia por longitud.

Pero todo era mucho más complicado. Para empezar, cada país tenía su propio meridiano. Algunos incluso dos. Además, cada ciudad era libre de adoptar la hora que quisiera a partir del meridiano de referencia. A mediados de siglo XIX, Estados Unidos llegó a tener hasta cien horas diferentes simultáneas repartidas por el país. En definitiva, un soberano caos.

La Conferencia Internacional del Meridiano, celebrada en Washington en 1884, intentaba solucionar este problema por medio de la propuesta de Fleming de establecer un sistema horario universal.

La idea era establecer un sistema de 24 husos mundiales, cada uno de ellos separados por 15 grados geográficos para cubrir la totalidad de la superficie terrestre.

Pero pronto surgió el siguiente problema: ¿Qué meridiano se tomaría como referencia para desplegar esos 24 husos horarios? Una cuestión de lo más peliaguda.

Se plantearon tres propuestas: que el meridiano pasara por la isla de El Hierro, en el archipiélago canario, el meridiano de Greenwich y el meridiano de París. Ganó Greenwich y desde entonces se decidió que todas las horas mundiales fueran acordadas a partir de este meridiano. La hora de referencia se llamaría Greenwich Mean Time también conocida por las siglas GMT. ¿Les suena?

¿Qué significan GMT, UTC, DST y ZULU?

El establecimiento de la hora GMT fue un importante avance para lograr la estandarización de la hora en todo el mundo, aunque no fue el definitivo. La evolución social y tecnológica en la primera mitad del siglo XX pronto demostró las limitaciones de este sistema. La más llamativa, la costumbre adquirida de los ingleses de medir el tiempo desde el mediodía, cuando el cambio real de día ocurre a la medianoche. En cualquier caso, en 1967 se optó por un sistema más moderno, ahora ya completamente desligado de cualquier referencia geográfica, denominado Tiempo Universal Coordinado, también conocido por sus siglas en inglés UTC.

La indicación UTC se usa actualmente como referencia y cada país es libre de establecer su propia hora a partir de ella. Para hacerlo, lo más habitual es sumar o restar horas según la diferencia de meridianos en los que se encuentra. Como el meridiano de referencia sigue siendo el de Greenwich, es habitual que empleemos de manera indistinta las siglas GMT y UTC para referirnos a la misma hora, aunque, en sentido estricto, no signifiquen lo mismo. Como curiosidad, la hora UTC comienza en 00, lo que explica la aparición de esta grafía para el número 12 en algunos relojes de naturaleza militar.

Otra sigla que influye en nuestra medición del tiempo es DST. Es la abreviatura de Daylight Saving Time y hace referencia a la decisión de los diferentes gobiernos de cambiar, o no cambiar, la hora durante los meses de verano como medida para el ahorro de energía. La operación se realiza en primavera adelantando una hora en el horario del país, la cual se recupera en otoño mediante el consiguiente atraso en una hora.

La última de la lista no es propiamente una sigla. Nos referimos a ZULÚ, palabra extraída del huso horario militar para referirse a la hora UTC+00. Según dicha nomenclatura, la lista comienza se rige por el alfabeto fonético militar, comienza con la A (UTC+1) y reparte la primera mitad para las horas orientales, y la segunda para las occidentales, hasta llegar a la Z o, lo que es lo mismo, Zulu Time.

Por lógica, España ahora mismo estaríamos en la Bravo Time.

¿Qué hora tenemos ahora mismo en España?

La hora oficial en España es de UTC+1, con la excepción de las islas Canarias, donde es UTC+00. Como nuestro país aplica la política de ahorra energético estival, ahora mismo tenemos que sumar el DST, por lo que la hora oficial es UTC+2 en la Península, Baleares y Canarias, y UTC+1 en las islas Canarias.

Los primeros relojes de viajero

Vayamos ahora a cómo se ha plasmado esta evolución de la medición del tiempo en el mundo en los relojes. Aunque cueste imaginarlo hoy en día, en el siglo XIX ya existían relojes de bolsillo preparados para medir el tiempo en diferentes rincones del planeta. Eran dispositivos en apariencia rutinarios, con un sistema central de agujas y un disco que lo rodeaba, decorado con los nombres de diferentes ciudades. Aunque muy escasos, estos primitivos relojes de viajeros se pueden contemplar en algunas de las mejores colecciones de relojes históricos, como el Musée International d’Horlogerie de La Chaux-de-Fonds, el Beyer Clock and Watch Museum de Zúrich o el Patek Philippe Museum de Ginebra.

Reloj bolsillo Longines 1908 Doble huso horario
Reloj de bolsillo de Longines realizado para el mercado otomano y en cuya esfera encontramos ya la doble aguja que adoptarían los futuros relojes GMT.

Este sistema de información inspiró a Louis Cottier para crear uno de los dispositivos de múltiple indicación horaria que triunfaría en las primeras décadas del siglo XX.

Cómo dar la vuelta al mundo sin salir de Ginebra

Louis Cottier era un hábil relojero de Carouge, cerca de Ginebra, obsesionado con la idea de hacer un mecanismo que permitiera ver y ajustar la hora de manera simultánea en diferentes partes del mundo. Como en aquellos antiguos modelos de los que hablábamos antes, las agujas horarias eran rodeadas en el mecanismo de Cottier por un anillo con ciudades de diferentes husos horarios de todo el mundo. La novedad que añadió el relojero fue un disco de 24 horas, ubicado alrededor de las agujas, que permitía leer la hora exacta de todas las ciudades impresas en el disco. El movimiento sería conocido como Heure Universelle o World Time.

El mecanismo de Cottier tuvo una gran aceptación entre sus clientes habituales. La primera en trabajar con Cottier fue Vacheron Constantin, quien incluyó un movimiento Heure Universelle en modelos producidos a partir de 1932.

Antiguo reloj de bolsillo de Vacheron Constantin
Antiguo reloj de bolsillo de Vacheron Constantin equipado con el mecanismo World Time o de Hora Universal de Louis Cottier.

Patek Philippe también trabajaría con Cottier para producir su primer Heure Universelle (1937), incluso colaboraría con el reloj ginebrino posteriormente para desarrollar su Travel Time, el reloj de doble huso horario clásico de Patek Philippe. Longines, ¡e incluso Rolex! Son algunas de las otras marcas que llegaron a incorporar un mecanismo de Louis Cottier en su producción.

La hora del zulú

Sin embargo, el movimiento de Louis Cottier no fue ni el primero ni el único modo que encontraron las casas relojeras suizas para indicar simultáneamente en tiempo en diferentes rincones del planeta. Algunas firmas y relojeros ya habían experimentado con otras disposiciones como la inclusión de dos calibres independientes dentro de una misma caja o, la modalidad que finalmente se popularizó, dos agujas horarias simultáneas.

Reloj de pulsera de Longines de 1925 con doble aguja horaria
Reloj de pulsera de Longines de 1925 con doble aguja horaria y decorado con la bandera Zulu, representante de la letra Z en el alfabeto militar.

Entre las primeras marcas en experimentar esta segunda vía está Longines, que aún conserva el modelo de bolsillo de 1908 que fabricó con esta peculiaridad para el mercado turco. También sería Longines quien presentará en 1925 un reloj de doble aguja horaria, pero esta vez en modelo de bolsillo. Era un reloj pensado para la aviación, razón por la cual sus responsables decidieron bautizarlo como Zulú y decorar su esfera con la bandera que representa la letra Z en el alfabeto militar.

Aquella disposición de doble aguja horaria serviría años después a Rolex para perfeccionar el mecanismo y que, acompañado de un bisel giratorio de 24 horas, acabaría siendo la disposición más popular de los relojes de viajero. Aunque este capítulo es tan importante que merece contarlo de un modo más extenso.

Otras variantes

Los formatos GMT y World Time (Hora Universal en español) son los más conocidos a la hora de desarrollar relojes de dos o más husos horarios. Sin embargo, no son las únicas opciones que encontramos en el mercado.

En las últimas décadas es cada vez más habitual encontrar el formato de doble contador, normalmente conocido como Dual Time. En estos modelos, el segundo huso horario aparece en un pequeño contador independiente, habitualmente acompañado de su correspondiente aguja de minutos.

El Dual Time es un recurso muy apreciado por facilidad de lectura y buena estética en la esfera. Entre las firmas que lo han recuperado en los últimos tiempos está Jaeger-LeCoultre. Así lo encontramos en su reciente Polaris Geographic.

Jaeger-LeCoultre Polaris Geographic
El reciente Jaeger-LeCoultre Polaris Geographic con una tradicional disposición Dual Time con la esfera del segundo huso horario separada de la principal.

Una alternativa más reciente y que destaca por su combinación de elegancia y facilidad de uso es la complicación GMT± de Ulysse Nardin, usada en modelos con el calificativo Dual, aunque su disposición no tenga nada ver con los mencionados anteriormente Dual Time. Cuestion de marketing.

Complicación GMT Ulysse Nardin doble husos horarios
La complicación GMT ± es uno de los sistemas de indicación de segundo horario más elegantes y fáciles de manejar de cuantas han aparecido en la industria relojera en las últimas décadas. Fue desarrollada por Ludwig Oechslin para Ulysse Nardin a comienzos de la década de 1990.

La función GMT± fue creada por Ludwig Oechslin en 1994, el genial maestro relojero que trabajó durante décadas para Ulysse Nardin. Oechslin desarrolló un indicador de doble huso horario de lectura en un disco numérico de 24 horas y ajustable hacia delante y hacía atrás pulsando simplemente los pulsadores situados en el lateral de la caja. Sin duda, uno de los más interesantes mecanismos GMT en las últimas décadas.

Nosotros paramos aquí, aunque la lista continúa. Las nuevas generaciones de relojeros siguen experimentando con nuevos modos y formas de leer el tiempo. Porque pocas complicaciones hay más demandadas hay hoy en el mercado. Además, sabemos que el público nunca se acabará: el hombre siempre tendrá el deseo de viajar a los rincones más alejados del mundo.

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