Rolex

Lady-Datejust

Oyster, 28 mm, oro blanco y diamantes

Los engastadores, al igual que los escultores, modelan los metales preciosos para preparar el espacio donde alojarán perfectamente cada piedra preciosa de forma manual. Con el arte y savoir‑faire de los joyeros, cada piedra se alinea meticulosamente hasta engastarla de forma segura en el oro o en el platino. Además de la calidad intrínseca de las piedras, otros factores contribuyen a la belleza del engaste de piedras de Rolex: la alineación precisa del tamaño de las piedras, su orientación y posición, la regularidad, la solidez y las proporciones del engaste, así como el acabado del trabajo en metal. Una combinación mágica de luces que embellece el reloj y hechiza a quien lo lleva.

Esta esfera presenta diamantes con engaste chatón en oro de 18 quilates y número romano IX en oro de 18 quilates engastado de 8 diamantes. Rolex ha desarrollado un particular savoir‑faire en la creación de esferas de piedra ornamental, como el ópalo rosa. Los discos de piedra destinados a las esferas se tallan en un bloque de material en bruto. Solo se seleccionan aquellos cuya(s) tonalidad(es) y estructura cumplan plenamente con los estrictos criterios estéticos de la marca. Los elegidos adornarán la esfera de un reloj Rolex confiriéndole una personalidad única.

Rolex cuenta con su propia fundición, lo que le ha permitido crear aleaciones de oro de 18 quilates de la más alta calidad. Según la proporción de plata, cobre, platino o paladio, se obtienen diferentes tipos de oro de 18 quilates: amarillo, rosa o blanco. Son elaborados exclusivamente con los metales más puros y sometidos a las más meticulosas inspecciones en un laboratorio interno con tecnología puntera, antes de formar el oro y con la misma atención que se presta a la calidad. El compromiso de Rolex con la calidad empieza desde el origen.