La ropa tiene ese poder mágico de convertir un día regular en uno espléndido, de hacernos brillar en el momento preciso o de darnos una energía muy potente justo cuando más la necesitamos. Con todos estos superpoderes, ¿cómo no íbamos a pedir al nuevo año una renovación de armario?
Adelántate a la primavera y consigue el look que será tendencia dentro de muy poco. Desde el vestido comodín que encaja con todo hasta las piezas de lencería que elevan cualquier conjunto. Toma nota de lo nuevo y de cómo se lleva lo no tan nuevo —el denim regresa con un twist inesperado— para estar a la última antes que nadie.
1. No hay secretos
Las prendas más íntimas de nuestro vestuario salen a la luz. Y no solo hablamos del tan recurrente vestido lencero, que se afianza como un must en 2023, sino de la ropa interior en su sentido más literal. Bustiers y culottes quedan visibles bajo camisetas y faldas transparentes, como en las propuestas de Schiaparelli, Molly Goddard o Prada. O directamente se exponen acompañados por un blazer: una de las opciones más cool para trasladar el traje sastre de un contexto de oficina a uno festivo.


2. El denim que puede con todo
Las prendas vaqueras viajan a los 2000 para recuperar la tendencia que lideró la década: tejidos desgastados hasta alcanzar un color amarillento, pantalones de talle bajo inspirados en los icónicos bumsters de Alexander McQueen — “La parte inferior de la columna vertebral es la parte más erótica del cuerpo de cualquiera, hombre o mujer”, decía el británico— y total looks en los que el denim combina de la cabeza a los pies. Porque esta primavera el tejano no solo vivirá de pantalones (toma nota porque vuelven los baggy), sino también de faldas (mini, midi o largas), petos, corpiños, abrigos, cazadoras, botas, bolsos o sombreros. Eso sí, cuanto más desgastado, mejor: efecto lavado, con tachuelas, rotos, flecos o parcheados. Una estética que responde al mensaje sostenible de la industria de reutilizar, reciclar y reparar. Encontrarás mucho denim (en todas sus versiones) en las colecciones de Blumarine, Marine Serre, Chloé o Givenchy.


3. Guarden filas!
La tendencia más fuerte de esta primavera tiene un pasado militar: el pantalón cargo. Con grandes bolsillos de tipo parche, se creó para que el ejército británico guardase mapas, herramientas, material sanitario y todo lo que necesitaran tener a mano. Por su practicidad han formado parte de uniformes de trabajo y equipaciones de montaña. Y en los 90 entraron en el mundo de la moda cuando se convirtieron en icono de skaters y fans del hip-hop. A partir de entonces hemos llevado los cargos en un sinfín de colores más allá del caqui, de materiales (del algodón a la seda) y formas (más o menos anchos). Todas sus versiones, ahora reeditadas, las encontrarás esta primavera en Fendi, Christian Dior, Balmain, Brunello Cucinelli o Versace.


4. Ya lo decía tu abuela
A principios del siglo XIX los encajes estaban de moda pero no eran accesibles a todo el mundo, así que las tejedoras irlandesas replicaron esos suntuosos puntos venecianos en su versión en lana con la técnica del ganchillo. En los años 20 del siglo pasado el crochet fue tendencia en sombreros, rebecas y bolsos de punto; después fue el hobby más popular entre las abuelas —de ahí que las piezas que tejen se llamen, en inglés, granny squares (cuadrados de abuelita)—, y en los 70 el movimiento hippy lo encumbró a lo más alto. Además de por su estética, el crochet era un símbolo de artesanía y de diferenciación: los mismos valores que buscamos hoy en nuestras prendas. Gabriela Hearst o Stella McCartney son ahora incondicionales de este punto handmade.


5. Segunda piel
Los vestidos llegan hasta el tobillo, rectos o en evasé, con manga larga y de aspecto lánguido y minimalista. El punto y el algodón hacen posible que la prenda más versátil del entretiempo se adapte al cuerpo como si fuera una segunda piel. Opta por los tonos neutros como el teja, el beige, el negro, el gris o el blanco, y tendrás el comodín que vale para casi todo. El secreto está en los accesorios: botas altas de tacón para situaciones más formales y deportivas para momentos más casuales. Uno de los artífices de este básico que traspasa temporada es Anthony Vaccarello, que se inspiró en Martha Graham para crear la colección de Saint Laurent de la próxima primavera. También apuestan por el vestido segunda piel Bite Studios, Ann Demeulemeester y Nº21.


6. Color power
Ya sabemos que la primavera es la estación de los colores pastel y del blanco, que sale del armario con muchas ganas de verano en cuanto sale un rayo de sol. Pero esta vez, los colores vitamina liderarán la paleta cromática para proporcionarnos un chute de energía. Y si son capaces de levantar el ánimo en la época estival, ¿por qué no empezar a llevarlos ya, cuando los días aún son grises y más los necesitamos? El naranja aparece en vestidos románticos, vaporosos y con transparencias (Carolina Herrera) o en trajes sastre (Gabriela Hearst). El lila sale de la paleta de empolvados y alcanza su máxima saturación en las colecciones de Gucci o Victoria Beckham. Mientras que el amarillo, el rosa y el verde (Undercover, Philpp Plein y Andrew Gn) adquieren la condición de fluor para que este año no pasemos desapercibidas ni un instante.

