El público esperaba con ansias las nuevas versiones del Rolex Explorer II, ya que Rolex supo, como es habitual, preparar bien el terreno suscitando el interés y la curiosidad mediante un vídeo promocional presentado una semana antes de la edición digital de Watches & Wonders 2021.
Sin ni siquiera citar el nombre del modelo, el vídeo presentaba un contexto sin ambigüedades (en el que se evocaba la espeleología), así como el efecto de la luminiscencia de la esfera. No había ninguna duda sobre el modelo en cuestión, y el 7 de abril de 2021 se convertía, en la mente de todos, en la fecha de comercialización de la nueva generación del Explorer II.
En realidad, la espera había empezado mucho antes. Los amantes de la marca supieron de manera oportuna que el Rolex Explorer II iba a celebrar su 50.º aniversario en 2021, lo que generó ya en las diferentes plataformas multitud de comentarios y suposiciones sobre el diseño de esta evolución del modelo.
El Rolex Explorer II es un reloj de exploración, sólido y fiable, que debe responder a varios criterios: la estanqueidad, la legibilidad en la oscuridad y la visualización del tiempo en 24 horas para distinguir el día y la noche, algo importante para los espeleólogos o las personas que trabajan en las bases polares.
Este juego de adivinanzas simboliza por encima de todo el extraordinario interés y la pasión que rodean a Rolex. Además, nos da una idea de las expectativas y los deseos de los admiradores de la marca, que siempre tienen la sensación de poder prever los futuros cambios de los modelos más célebres. Y, sin embargo, Rolex siempre consigue sorprender e ir adonde nadie se espera.
Esta última frase puede parecer extraña, sobre todo después de haber descubierto los relojes resultado de la actualización del Explorer II. ¿Cómo puede sorprender Rolex si las dos piezas en cuestión están muy próximas, estéticamente hablando, de aquellas a las que reemplazan? Precisamente por eso. Nadie se esperaba esta copia casi perfecta. No obstante, en todo este tiempo ya deberíamos haber comprendido a Rolex. Y, si comprendiéramos bien a la marca, no habríamos podido imaginar ni por un instante que el bisel de acero pudiera abandonarse.
Un diseño continuista condicionado por su función como reloj profesional
El Explorer II es un reloj de exploración, sólido y fiable, que debe responder a varios criterios: la estanqueidad, la legibilidad en la oscuridad y la visualización del tiempo en 24 horas para distinguir el día y la noche, algo importante para los espeleólogos o las personas que trabajan en las bases polares. En este contexto, el bisel tiene un papel fundamental, ya que contribuye a esta visualización día/noche. Si su anillo fuera de cerámica, podría romperse en caso de impacto. Por este motivo, el bisel de acero sigue siendo la mejor opción. Un reloj profesional de Rolex, incluso si en la actualidad se considera un objeto valioso, es ante todo un instrumento de medida y debe responder a las obligaciones que le impone el uso al que está destinado.
El cambio de tamaño y, sobre todo, el regreso a un diámetro de 40 mm eran asimismo una modificación posible y contemplada. No obstante, la probabilidad de ver a Rolex abandonar el diámetro de 42 mm era casi nula, principalmente a causa de una lógica de complementariedad de la oferta. El Explorer II 216570, presentado en 2011, ocupaba un lugar aparte en el catálogo por el hecho de la originalidad de su versión de esfera blanca y su diámetro de 42 mm: solo el Sky-Dweller y, en la gama profesional, el Yacht-Master de 42 mm (este último solo existe en oro gris) tienen un tamaño equivalente. Para Rolex, era preferible mantener una referencia en acero para un tamaño así, con el fin de preservar la construcción fina e inteligente de la estructura de su catálogo.
Por este motivo, la casi total similitud entre las dos versiones de la nueva referencia 226570 y las de su antecesor provocó gran sorpresa. Una auténtica paradoja, ya que Rolex no ha hecho más que aplicar su lógica y su estrategia.
Las novedades en el diseño del Rolex Explorer II
A pesar de todo, sería sumamente reduccionista considerar la referencia 226570 prácticamente un clon de la referencia 216570, ya que en ella se ha aplicado el mismo principio que en el nuevo Submariner: las modificaciones estéticas parecen menores, pero son pertinentes y, sobre todo, los cambios más importantes son los que no se ven.
De hecho, la transición entre las dos referencias es una nueva demostración del saber hacer de la marca. Respecto al diseño, las principales modificaciones radican en las diferentes proporciones de las asas y el brazalete. Las asas se han afinado y el brazalete se ha alargado. Además, la carrura se ha estrechado ligeramente, mientras que el protector de la corona ofrece un perfil más anguloso.
El diámetro se mantiene invariable y la combinación de estas modificaciones da un aspecto más armonioso y elegante a la caja.
Las esferas también han cambiado. En la versión blanca, los índices y las agujas son de oro gris y, a partir de ahora, incluyen un tratamiento de PVD mate. En la versión en negro, las diferencias en las agujas son más perceptibles, ya que se abandona la base negra. Ahora parecen totalmente integradas en la esfera, mientras que en la versión 216570 parecían «flotar».
Se trata de un auténtico reloj GMT (va más allá de la simple visualización día/noche de la primera versión de hace 50 años) y puede considerarse una alternativa al GMT-Master II
Como sucede con el nuevo Submariner, la inscripción «Swiss Made» en la base de la esfera supone que haya una corona en el centro. Por último, la lupa cíclope cuenta con un revestimiento antirreflejante en su cara interna. Al fin y al cabo, no hay ningún cambio fundamental en la esfera, pero todo este sutil trabajo va dirigido a mejorar la legibilidad y a ofrecer una apariencia más suave y elegante.
Es en la oscuridad donde la distinción entre generaciones se vuelve más sensible. La referencia 226570 aprovecha la visualización Chromalight de material luminiscente azul con una mayor eficacia que la anterior, gracias a un brillo más intenso y a una duración mayor.
Nueva maquinaria Rolex calibre 3285
Pero la diferencia fundamental entre referencias no es perceptible a simple vista, sino que se encuentra en el interior del reloj. En respuesta a la estrategia de Rolex dirigida a equipar los modelos de su catálogo con movimientos de nueva generación, el Explorer II de 2021 está animado, de ahora en adelante, por el calibre 3285, que sucedió al 3186 en 2018. El Explorer II era el único modelo estrella del catálogo que utilizaba un calibre especial, el calibre 3187, que, de hecho, era una versión ampliada en platino del calibre 3186. Esta novedad ya no tenía sentido, teniendo en cuenta los rendimientos propios del calibre 3285, con el que también están equipados los GMT-Master II, y el hecho de que el menor tamaño del calibre 3285 en relación con el del 3187 no repercute en la organización de la esfera.
El movimiento 3285 integra numerosos desarrollos recientes de Rolex y se distingue de los calibres 3186 y 3187 por su reserva de marcha de 70 horas (para una frecuencia de 4 Hz) que se consigue, sobre todo, gracias a la optimización del consumo de energía del órgano regulador y a un barrilete más eficaz. Por último, la resistencia a los golpes se ha reforzado gracias a los amortiguadores Paraflex. La espiral Parachrom azul paramagnética también estaba presente en el calibre 3187, que ya ofrecía una precisión comprendida entre los -2/+2 segundos al día, que es también el intervalo de rendimiento del calibre 3285. El Explorer II referencia 226570 posee, por supuesto, la certificación de cronómetro superlativo, al igual que la referencia anterior, la 216570.
Rolex Explorer II, un reloj que seduce por su singularidad
En todo caso, teniendo en cuenta la cercanía estética entre la referencia 226570 y su antecesora, mis sentimientos siguen siendo los mismos con respecto al Explorer II. Es un reloj que me gusta mucho, sobre todo en su versión de esfera blanca, debido a su singularidad dentro de la oferta de Rolex, donde las esferas negras son mayoría entre los relojes profesionales. Además, se trata de un auténtico reloj GMT (va más allá de la simple visualización día/noche de la primera versión de hace 50 años) y puede considerarse una alternativa al GMT-Master II. La principal diferencia es que este último puede gestionar tres husos horarios gracias a su bisel giratorio, mientras que el Explorer II no gestiona más que dos, puesto que su bisel es fijo.
El Explorer II me seduce porque su tamaño le aporta fluidez, su gran aguja naranja le da un aire más informal a la esfera y su gran polivalencia, tanto desde el punto de vista estético como práctico (su estanqueidad es de 100 metros), es muy apreciable. El Explorer II quizá no tenga la misma reputación que otros modelos insignia de la marca, pero sería muy posible que esta nueva generación cambiara la situación. No por el hecho de una transformación del contenido del reloj, puesto que la referencia 216570 ya era un reloj excelente, sino por la exposición y la visibilidad que Rolex acaba de darle.