Cuenta la leyenda que San Valentín, un sacerdote cristiano del siglo III, oficiaba bodas en secreto después de que el emperador Claudio II prohibiera el matrimonio. Precisamente esta forma de unión clandestina se convirtió en un acto tan romántico y valiente que hoy seguimos rindiéndole homenaje. Y aunque la celebración del amor debe extenderse a todos los días del año, el 14 de febrero es el momento perfecto para regalar una joya inolvidable y hacer una escapada con un único destino: el tiempo de calidad en pareja.
Para enamorarse (o reenamorarse), desconectar de la rutina que nos distancia y, por qué no, disfrutar de una primera o segunda luna de miel, te proponemos cinco planes para celebrar San Valentín como os merecéis.
1. Donde el tiempo se detiene
En las antiguas Roma y Grecia, los spas (término que proviene del latín, ‘salus per aquam’) nacieron como centros de bienestar y salud a través del poder curativo de las aguas termales: el primer médico de la historia, Hipócrates, los recomendaba. Pero su función iba mucho más allá que la de recibir un tratamiento, estos centros funcionaban también como un plan para disfrutar en compañía. Porque una sesión de spa siempre apetece, pero si es en pareja aún más.
No vale cualquiera. Para celebrar una fecha tan destacada tenemos que encontrar un lugar tan exclusivo que recupere la esencia de las auténticas termas. Aire Ancient Baths, en Barcelona, es un templo de relajación, construido en un antiguo almacén de finales del siglo XVIII, junto al mercado de El Born. Aquí el tiempo no solo se detiene sino que retrocede hasta las antiguas civilizaciones romana, griega y otomana, para vivir una experiencia en las que el cuerpo y la mente entran en un estado de total desconexión.
2. Perdidos en el bosque
No existe una forma más sana para conectar con nuestra pareja que hacerlo en plena naturaleza, donde no existen (o no deberían existir) ni el teléfono móvil ni el estrés que inevitablemente nos aleja.
Todo es calma en cada una de las 22 cabañas de pino de Oller del Mas, cerca de Manresa, formadas por grandes cristaleras para no perder ni un momento de vista el bosque de encinas. En su interior, la madera y la armonía de las líneas naturales también te mantienen en sintonía con un paisaje en el que encontrarás rutas a caballo o de senderismo. Y Ànima, su centro de bienestar, ofrece una carta de más de 40 tratamientos y terapias, algunas de ellas de medicina tradicional china.
Pero mucho antes de convertirse en un exclusivo alojamiento sostenible, Oller del Mas era una bodega. Y aún lo es. Sus 60 hectáreas de viñas dan lugar a vinos autóctonos y ecológicos que maridan a la perfección con la oferta gastronómica de su restaurante Bages 964, liderado por el chef Álex Portales.
3. Un escenario de película
¿Sueñas con una celebración al estilo de la Toscana? La encontrarás en Terra Dominicata, un hotel rodeado de viñedos en pleno parque natural de la Sierra de Montsant, en Tarragona. A su idílico paisaje se une una carta de experiencias inolvidables: desde catas de vinos y rutas a caballo, con picnic incluido, hasta una sesión de spa para dos en una cabaña de madera ubicada entre olivos. Y entre tantos planes restauradores, el mejor de todos: desconectar en el silencio absoluto. Quizás para alargar las mañanas bajo las sábanas o para disfrutar de un buen libro (todas las habitaciones cuentan con biblioteca).
Para celebrar el amor, una experiencia gastronómica ineludible en su restaurante Mater Terrae, a cargo del chef Fran López. Su carta está compuesta por sabores locales, como pescados del Delta del Ebro, y, por supuesto, una selección de vinos de la zona.
4. La magia de la isla
Situado en el centro histórico de Ibiza, el hotel Montesol Experimental es uno de esos lugares únicos en los que nada puede salir mal. Este edificio colonial, declarado de Interés Cultural por la UNESCO, abrió sus puertas en 1933 para albergar el primer hotel de la isla, entonces un refugio de artistas y galeristas, y el preferido de grandes nombres de la escuela Bauhaus. A lo largo de su historia han pasado por su lobby personalidades como Orson Wells o Carolina de Mónaco.
En este edificio histórico encontrarás el plan de San Valentín con más encanto: una cena para dos en el restaurante Sabbaba, hermano de Balagan, un referente gastronómico en París. Su cocina fusiona los sabores españoles con los israelíes para ofrecer una experiencia cien por cien mediterránea; y su nombre (en hebrero ‘sin preocupaciones’) y su decoración invitan a adoptar ese concepto tan deseado del slow life.
Si decides celebrar San Valentín en Sabbaba no lleves regalo. En el mismo edificio encontrarás la boutique que tiene RABAT en Ibiza, con una irresistible selección de joyas y relojes para que elegir una pieza inolvidable forme parte de la experiencia.
5. Sabores (y vistas) que enamoran
Entre los tejados de la Gran Vía se encuentra la azotea más cool del centro de Madrid: la del Hotel The Principal, el único cinco estrellas de la calle más transitada de la capital. Y tras sus balcones, el restaurante Ático, un rincón elegante y acogedor cuya cocina lidera Ramón Freixa, chef galardonado con dos estrellas Michelin.
Para celebrar San Valentín por todo lo alto, el cocinero catalán ha preparado un menú exclusivo que estará disponible desde el día 11 hasta el 14 de febrero. Y si quieres sorprender a tu pareja y buscas algo más que una cena, el hotel ofrece además la posibilidad de añadir una sesión de masaje relajante para dos o un taller de pintura en su sala acristalada con privilegiadas vistas de la ciudad.
