Quedan poquísimas semanas para que llegue el verano y eso se nota (ya) en el ambiente. Las ganas de todo, los paseos por la playa (a media tarde) y el corazón ya apuntando a pasar ratitos buenos bajo el sol. Pero no seamos ansias, que todavía nos queda mucha primavera: la estación del amor, el renacimiento y la alegría. Hay que vivir.
No me escondo, me gusta (mucho) Sugar.
Hay un género televisivo que no puede considerarse un género en sí pero para mí lo es: series con clase. Me explico —buenos paños, belleza por todas partes, jazz de fondo, gente estilosísima. Ahí meteríamos a Succession (esos relojes y esos jerseys de Loro Piana), The Crown y desde luego a Sugar, Colin Farrell (lo adoro) como un Humphrey Bogart sensible, adora a los perros, cómo no quererlo. Creo que viste un IWC Portofino.

Me pirran las cosas bonitas para el escritorio.
A lo mejor es que (como soy un desastre) todos estos artilugios para organizar mi vida (profesional) mejor me hacen sentir bien. La cuestión es que luego (casi siempre) fracaso estrepitosamente, pero que no se diga que no lo intento. Colecciono agendas, listas de to-dos, APPs para organizarme, plumas y cachivaches. Este calendario analógico (que he visto en Monocle) me parece lo más. Fracasar todo el rato.

El reloj más cool del mes es el TAG Heuer Formula 1 | Kith
Curioso movimiento el de las manufacturas: estas colaboraciones con marcas de streetwear para romper el mercado. Pues por qué no. Una de la que está hablando todo el mundo es la de un modelo icónico (La colección Fórmula 1 de TAG Heuer marcó un hito en la década de los 80, cuando se convirtió en el primer reloj de cuarzo compuesto) con Kith. Me flipa Kith. Adèle Thiéry lo cuenta de maravilla en GQ. Quiero el modelo Hawai, obviamente.

Cada vez soy más de barra y menos de mesa.
O sea, que me flipa la experiencia de un gran restaurante, donde te hagan sentir como un Rey en paro (yo qué sé: en Barcelona de ese rollo me encantan Lasarte, Via Veneto o AMAR) pero la experiencia de comer & beber en una barra es maravillosa, te sientes más vivo, es quizá menos classy pero cada día lo disfruto más. Algunas barras imprescindibles: la de Gresca, Dos Palillos, Koy Shunka, Aürt, Dos Pebrots o The Alchemix.

¿Comprar relojes de segunda mano?
Tema peliagudo —en torno al que me preguntan muchísimo en el Consultorio sin miedo. A ver, yo diría un sí a medias. Sí porque, para empezar, comprar una pieza ya vivida es más sostenible. Lo mismo en el otro lado: mejor vender que un reloj en el cajón de las cosas que nadie usa, yo creo. Ahora bien, compraría con muchísimo cuidado, que nunca se sabe. En RABAT acabamos de lanzar Pre-Owned & Vintage, así te quedas tranquilo en cuanto a la autenticidad. Yo lo tengo claro: lo más valioso en la vida es quedarte tranquilo.
A todo esto… ¡que ha vuelto el Consultorio!
Perdonen ustedes el autobombo pero es que estoy bien contento —y hay mucho curro detrás. “Saqué” el Consultorio de Instagram, que es algo que quiero ir haciendo más: pasar menos tiempo en Instagram. Es que es un vórtice. Total, que estoy disfrutando un montón con la dinámica de preguntas & respuestas cortitas donde se mezclan relaciones, restaurantes, tristezas y alegrías. La vida, en fin.

Una expo que no pienso dejar de ver: Paris 1874, Inventer l’impressionnisme
Estuvimos hace poco en París y no soy yo de volver muy pronto a un destino que acabas de visitar pero París no cuenta. A París podríamos ir todos los fines de semana —vivir no, porque claro, hay franceses por todas partes. Pero de visita París es el cielo. Paris 1874 : Inventer l’impressionnisme va a ser un acontecimiento para todos los que amamos el impresionismo y además es en el Museé D’Orsay. No muy lejos, además, está Oxte. Un restaurante de cocina mexicana que me flipa. Planazo.

El poema más bonito del mes.
Apágame los ojos de Rainer Maria Rilke, eterno y sublime. Forma parte del poemario El libro de horas, editado por Hiperión. Se lo leo a Ismael López.
