El Mediterráneo no es solo un destino, es todo un estilo de vida. Porque no son solo sus refrescantes baños en aguas cristalinas o sus calmados paseos entre pinares, sino también su deliciosa gastronomía, su ritmo pausado, sus aromas y su estética basada en la creación artesanal y los materiales naturales. Así que cuando echemos de menos esta vida que nos llena el alma, al menos podremos reproducir una parte de su esencia desde cualquier lugar.
Para transportarte a través de un viaje de los sentidos hemos recopilado una selección de objetos, sabores y rituales propios de la zona. Porque ahora mismo lo que más nos apetece es sumergirnos en el universo del Mediterráneo para disfrutar y, sobre todo, resetear el cuerpo y la mente.
El cóctel
El Agua de Valencia representa en una copa el alma del Mediterráneo: luminoso, fresco y un poco irreverente. La base de esta mezcla se hace, por supuesto, con naranjas recién exprimidas de la Terreta, así que su sabor es super natural (aunque no te confíes si el paladar te dice que es solo un zumo).
Este cóctel nació en la década de los 50 en el Café Madrid, un local modernista del centro de Valencia donde aún lo preparan y organizan talleres para aprender a mezclarlo con maestría. Cuenta la leyenda que su propietario, Constante Gil, cansado de que los turistas vascos pidieran agua de Bilbao —nombre por el que se conoce al cava o al champagne en la ciudad vizcaína—, empezó a preparar un combinado con naranjas dulces de la huerta valenciana, cava, ginebra y un toque de vodka.
Si no estás cerca de la Terreta pero quieres compartir con amigos un tardeo mediterráneo, llena la coctelera con hielo hasta la mitad y añade todos los ingredientes excepto el cava: 60 ml de zumo de naranja recién exprimido (no caigas en la tentación de sustituirlo por uno de bote), 20 ml de vodka y 20 ml de ginebra. Remueve y vierte la mezcla en una copa, utilizando un colador para eliminar los restos de naranja. Ahora sí, añade 50 ml de cava. Y listo.
La receta
Poca presentación necesita la cocina mediterránea, por deliciosa pero también por saludable. Sin embargo, de todas las recetas famosas, aquí y fuera de España, quizás el frito de langosta sea una de las más desconocidas.
Este plato originario de Formentera, concretamente del restaurante Es Molí de Sal, combina ingredientes sencillos, como los huevos y las patatas, con uno más sofisticado: la langosta o el bogavante (los dos crustáceos son aptos para conseguir el mismo resultado). Un contraste delicioso y super veraniego que ya se ha extendido por todo Baleares e incluso por algunos restaurantes de la costa catalana y valenciana (hay locales que ofrecen en sus cartas versiones con gambas cristal).
Rafael Antolín, conocido como Rafuel en las redes sociales, es un maestro en hacer que la cocina resulte un poco más fácil: con unos sencillos pasos consigue que hasta los menos introducidos hagan platos propios de un chef. Y precisamente una de estas recetas es este frito balear que, en entornos urbanos, hará que en nuestra mesa nos sentemos a disfrutar de uno de los sabores más icónicos de Formentera.
La decoración
El Mediterráneo es una forma de ver la vida, más auténtica y más en conexión con nuestra naturaleza. Así que si eliges un elemento que transforme cualquier lugar de tu casa en un interiorismo de la costa, elige objetos artesanales con alma.
Para completar la experiencia gastronómica, viste tu mesa con uno de los manteles bordados a mano en Marsella por la diseñadora Sarah Espeute. Confeccionados con tejidos naturales, y con un toque cien cien por cien artesanal, elevarán tus sobremesas veraniegas.
En la provincia de Alicante, la alfarería es una tradición que sigue viva, gracias a talleres como La Navà, especializados en botijos, jarrones y piezas de barro cocido. Estos objetos, elaborados a mano y con arcillas locales, serán las piezas que aporten a cualquier rincón de tu casa o de tu mesa ese toque rústico que transforma cualquier espacio en un refugio mediterráneo.


El look
Si optas por vestir con un toque mediterráneo, elige tejidos naturales como el lino, la rafia o el palmito, y colores tierra, beige o blanco. Loewe reinterpreta esta estética a través de su ya icónica colección Paula’s Ibiza, que año tras año rinde tributo a la icónica boutique que llegó a la isla en los años 70. Entonces fue mucho más que una tienda de ropa: fue el epicentro de la contracultura, el hedonismo y la moda libre, donde se juntaban tanto artistas bohemios como aristócratas a la búsqueda del sol y la autenticidad.


Otro de nuestras inspiraciones mediterráneas es Jacquemus, que ha convertido sus raíces —nació en Salon-de-Provence, muy cerca de Marsella— en el eje central de su universo creativo. Sus colecciones respiran el aroma de los campos de lavanda y trigo, la estética de confección y tejidos rústicos, y esa sensualidad despreocupada que solo se entiende a orillas del mar.
Añade a tus looks de materiales naturales, joyas inspiradas en el mar, como las turquesas o el coral, que nos transportan a sus aguas; el jade, que evoca su paisaje de pinos; o las gemas citrinos, que nos aportarán la luminosidad del sol y la energía de los días eternos.
El ritual
La brisa, la sal, el aroma… el Mediterráneo se siente también en la piel. Por eso hemos incluído en esta guía un ritual de belleza inspirado en los paisajes naturales de la región y en el agua de sus playas.
Los aromas de Hierbas de Ibiza son imprescindibles para las personas que quieren sentir el Mediterráneo en su piel. Nacidas en la isla que ha seducido a artistas, diseñadores y viajeros durante décadas, estas fragancias combinan notas de jazmín, azahar, romero y cítricos, evocando los paseos por calas escondidas, los atardeceres dorados y la libertad de los veranos pausados. Para un ritual completo, la marca ofrece desde sales de baño o jabones hasta aguas de colonia y velas perfumadas. Cierra los ojos y déjate llevar por el verano que más nos gusta.
