Cómo nos gustaría instalarnos en Ibiza sin fecha en el calendario. Pero la vida a veces es exigente y nos deja menos tiempo del que nos gustaría para enamorarnos (o reenamorarnos) de un destino. Y aunque la isla pitiusa que nos gusta —en la que solo se escuchan las chicharras y las olas de un mar tranquilo— no merece una visita express, tenemos el mejor plan para saborearla a ritmo lento durante dos días con la única finalidad de volver con la mente despejada y el alma llena.
Para descansar
Si te gustan los alojamientos con alma (¿a quien no?), Petunia Hotel es tu destino. Ubicado a una media hora del aeropuerto y muy cerca de Cala Carbó (en la Reserva Natural de Cala d’Hort), al sur de la isla, se encuentra en lo alto de una colina, así que las vistas a la isla Es Vedrá son inmejorables y super relajantes. Porque este hotel que mezcla el estilo rústico mediterráneo y, a la vez, el espíritu bohemio de los 70 pertenece a la otra Ibiza, a la que se va a descansar. Si te dejas envolver por los jardines que rodean su piscina (desde allí las puestas de sol son hipnóticas), los tratamientos de su spa o las clases de Yoga al amanecer es probable que no quieras salir de allí.


Para saborear
En Ibiza Gran Hotel encontrarás el restaurante La Gaia, una experiencia culinaria que trasciende las expectativas más exigentes. Bajo la batuta del chef Óscar Molina, este es un santuario gastronómico galardonado con una estrella Michelin y dos soles Repsol, donde la arquitectura tradicional ibicenca se fusiona con la alta cocina contemporánea. La Gaia no son solo sabores sino un compromiso local a través de ingredientes de kilómetro cero, productores de la zona y técnicas que honran tanto la tradición como la innovación. A sus menús degustación (Illa y Horitzó) se suma ahora à la carte, una forma más libre de experimentar su propuesta culinaria.


La cala
Aunque en Ibiza es difícil elegir una sola, lo cierto es que Cala Llentrisca es lo más parecido a estar en el paraíso. Se trata de una de las calas menos conocidas y, por ello, quizás la más virgen de la isla. Después de un acceso no muy sencillo (tardarás en llegar unos 15 minutos a pie con subidas y bajadas) que merece mucho la pena, en este rinconcito de agua turquesa cristalina y canto rodado tan solo encontrarás pinos de un verde intenso y casitas antiguas de madera que pertenecen a los pescadores de la zona. No te olvides llevar tus gafas de buceo porque es una de las mejores zonas para hacer snorkel.

La boutique
En el número 2 del Paseo Vara del Rey, en el mismo edificio del icónico Hotel Montesol, se sitúa la boutique de RABAT en Ibiza, un espacio dedicado a la joyería artesanal —allí encontrarás sus colecciones más emblemáticas como Black&White, Three Wishes, Natural Stones, 70’s o Salvaje—, pero, sobre todo, a la esencia de la isla. Su pavimento de terrazo con base beige es un homenaje a la arena de la playa, y las cerámicas texturizadas con diferentes reflejos simulan el mar. Las paredes blancas estucadas hacen referencia a las típicas casas. Y los materiales naturales como el ratán, el mimbre o la madera celebran la tradición artesanal de Ibiza.

El pueblo
En el centro de la isla, Santa Gertrudis de Fruitera tiene solo 1.600 habitantes, pero es uno de esos lugares que de repente te preguntas: ¿y si lo dejo todo y me vengo a vivir a un sitio así? Y es que en sus calles, el tiempo fluye al mismo ritmo pausado de los veranos mediterráneos. En la plaza de la Iglesia encontrarás Parada, una tienda de paredes encaladas y estanterías blancas con artesanía local donde cada pieza cuenta una historia, además de cafés y propuestas de gastronomía local, como las de Can Mimosa, una masía de dos siglos de antigüedad.

Un plan de noche
La Ibiza que no es ruidosa y que se disfruta a otro ritmo nos regala noches de película. Cinema Paradiso es un cine de verano itinerante que alterna localizaciones entre los hoteles Atzaró y Petunia, y Amante Beach Club. En él las butacas se convierten en cómodos sillones que se adaptan al cuerpo y la sala en un entorno único, rodeado de la naturaleza mediterránea o en la orilla del mar. En su cartelera encontrarás solo grandes joyas del cine (en versión original con subtítulos en español), de esas que nunca te cansas de ver —desde Notting Hill a Pulp Fiction, Ghost o Trainspotting. Al fin y al cabo será la primera vez que las ves a la luz de la luna ibicenca.
