Por qué la tendencia quite luxury es todo lo que necesitas para vestir bien

14 Jun 2023

POR Susana Molina

Patrones impecables, materiales premium y accesorios que elevan al máximo cualquier look: la estética más elegante de la temporada esconde más de un mensaje.

La moda tiene el poder de reflejar nuestro tiempo con una precisión sorprendente. Más allá de lo que se llevará y lo que no, las tendencias resultan ser un termómetro social infalible capaz de predecir momentos convulsos mucho antes de que lleguen. Dime lo que dictan las pasarelas y te diré cómo estará la economía la próxima temporada, podríamos decir sin miedo a equivocarnos.

Ocurrió en 1789. Cuando la Revolución Francesa derrocó al Antiguo Régimen la moda tenía que reflejar esta ruptura. Los excesos de la estética rococó que dominaba en Versalles se sustituyeron por vestidos ligeros de corte imperio e influencia grecorromana, y la seda o el terciopelo se cambiaron por algodones y muselinas. Más recientemente, en 2009, la desmesura de la estética Y2K que desató el bling bling, la logomanía y otras formas de identificación de firmas (la suela roja de Louboutin es mundialmente reconocible), se relajó hasta adoptar un tipo de moda, el llamado normcore, que ante la incertidumbre de lo que ocurriría en un futuro prefirió no lucirse demasiado.

Minimalismo al máximo nivel

Siguiendo este patrón no es nada extraño que una de las tendencias más populares de esta temporada sea la del lujo silencioso. O, lo que es lo mismo, llevar la ostentación en secreto. El denominado quite luxury eleva el minimalismo al máximo nivel: se trata de invertir en materiales de primerísima calidad y patrones impecables y atemporales para lograr looks sencillos en apariencia pero estudiadísimos en ejecución. La sencillez manda. Los trajes sastre, las camisas blancas, los tops básicos, los vestidos lenceros o las piezas de punto son los elementos imprescindibles para alcanzar la elegante sobriedad que ha puesto de moda la última temporada de Succession, y que solo se consigue a través de tejidos premium, como el lino natural, el algodón orgánico o el cashmere. Y todos ellos libres de estampados: solo los tonos neutros pueden lograr la discreción del lujo que quiere pasar desapercibido.

Que esta tendencia sea la más prudente de todas las que imperan esta temporada no significa que rechace los accesorios. Todo lo contrario. Son ellos los que marcan la diferencia entre el minimalismo y el lujo silencioso. Los bolsos de piel y las joyas de aspecto moderado elevan con mesura cualquiera de estos looks. El oro, en cadenas y brazaletes rígidos, o los anillos o pendientes con diamantes —los de color negro suman dosis de estilo a esta tendencia— se convierten en un must para conseguir ese efecto de pieza de joyería sublime, muy minimalista y nada barroca, que siempre podemos llevar puesta.

Firmas que componen el lujo silencioso

Gwyneth Paltrow también ha confirmado el ascenso imparable de esta tendencia. Hace tres meses la actriz, demandada por un accidente de esquí, acudió a los juzgados vistiendo las firmas que mejor representan esta estética de aspecto minimalista, como Celine, Loro Piana, The Row o Prada. La misma armonía estética que encumbró a Phoebe Philo al frente de Céline —cuando el nombre de la maison todavía mantenía su tilde— y cuyo regreso en solitario está previsto para principios de otoño de la mano del grupo LVMH. Un retorno a las pasarelas que sin duda alargará el triunfo de esta estética por muchas temporadas.

Pero este deseo por la reducción a lo esencial no solo tiene que ver con el contexto social y económico en el que nos encontramos —en tiempos convulsos, el movimiento más perspicaz está en invertir en calidad sobre cantidad—, sino que esconde otros poderosos mensajes. El lujo silencioso, con sus piezas inteligentes, prácticas y resolutivas, supone un antídoto a la complejidad y, por lo tanto, una vía de escape para el cuerpo de la mujer. Sin molestias ni complicaciones. Un armario versátil en el que todo combina con todo para acertar en cualquier contexto. Precisamente estas mismas cualidades son las que componen el tan ansiado armario cápsula —Anthony Vaccarello apuesta por él en su colección para Saint Laurent del próximo otoño— y que tiene tanto que ver con la sostenibilidad: comprar menos y mejor. Al fin y al cabo se trata de recuperar la esencia de la moda que nos incita a declarar un amor profundo y eterno a cada una de las piezas que adquirimos.

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