Dice también Benedetto De Petrillo que un verdadero napolitano con estilo se puede definir con una sola palabra – gagá. Pues bien, esa esencia es la que cada mañana fluye por la tinta de la Pilot Capless de Fabrizio Buonamassa Stigliani, Product Creation Executive Director de Bvlgari. No deberían perderse ustedes sus valiosos sketches a cámara rápida en su perfil de Instagram. Dibujos que, por cierto, hace tiempo dejó de hacer ad hoc para regalar y firmar.
De esta gran mente creativa han surgido multitud de diseños icónicos y reinterpretaciones de diseños ya existentes. ¿O hay algo más interesante para el apasionado del diseño en relojes que la interpretación de Buonamassa de un diseño de Genta? Lo que sí se es que nuestro gagá agrupa muy bien las características y el ADN Bvlgari. Desde joyas, el ya comentado aquí MB&F x Bvlgari Serpenti, numerosas versiones del Octo Finissimo y sus versiones de Bvlgari Aluminium o BVLGARI BVLGARI.
Pues bien, hoy hemos de comentar una novedad que aúna dos inspiraciones históricas en un contexto moderno: los nuevos Bronzo GMT y Bronzo Cronógrafo. Para el aficionado, pueden verse como relojes estéticamente acertados, legibles y con el uso de un material interesante como es el bronce. Para el apasionado, son la viva imagen de una mezcla entre el Aluminium de 1998 y el Carbongold de 1993. Esta vez, no en metal precioso.
En el GMT encontramos caja de bronce, agujas de latón chapadas en oro y arenadas y numerales arábigos con Super-LumiNova, material que, aunque parezca que está, no es lo que recubre el contrapeso del segundero, sino que en este caso es laca blanca. ¿El calibre? Un B192, versión del Sellita SW330, automático y con 50 horas de reserva de marcha.
En cuanto al cronógrafo, encontramos una configuración muy similar: un calibre B381, basado en un Sellita SW300 con módulo cronógrafo Dubois-Depraz, caja en bronce, esfera mate negra, agujas de latón chapadas en oro rosa y arenadas, Super-LumiNova, lacado blanco en el contrapeso de la trotadora del cronógrafo y, en este caso, una ventana de fecha más que disimulada a las 4.
Mi detalle favorito de estas piezas es la combinación de materiales. Tenemos una caja en bronce arenado, combinada con un bisel de caucho con motivo BVLGARI BVLGARI, combinado con corona, trasera de la caja arenada y, en el caso del cronógrafo, pulsadores; en titanio con acabado DLC negro. Caja montada en una correa de caucho con eslabones en bronce. En general, una combinación muy equilibrada: resulta un reloj deportivo, pero con un aire elegante y diferenciado gracias al bronce, sin llegar al brillo y resalte del oro rosa, sobre todo pasados unos cuantos usos, cuando el bronce comience a coger carácter y vaya cambiando su color.
En términos generales, celebro la continuidad que le da la marca a sus líneas Aluminium y BVLGARI BVLGARI. Opino que son gran parte del ADN Bvlgari, y que es propio de una visión largoplacista evitar morir de éxito con la línea Octo Finissimo. Aunque sea un reloj, para mí y muchos del sector, adelantado a su tiempo, el Octo Finissimo pone a Bvlgari en la misma tesitura tan peligrosa de aquellas marcas que encuentran un caballo ganador: desatender y perder el resto de su establo. Los relojes deportivos con brazalete integrado en acero suelen ser receta de éxito. Sin embargo, y como observamos en el caso de Bvlgari, aquellas marcas que trazan su propio camino y mantienen y reviven sus iconos en configuraciones distintas, acaban encontrándose con un hueco en el mercado que estaba esperándoles con los brazos abiertos.
