El pasado 13 de noviembre se celebró en Ginebra la gala anual de premios del Grand Prix d’Horlogerie de Genève, GPHG. Esta gala es lo más cercano dentro del sector a unos premios Oscar: hay unas categorías preestablecidas y en ellas se eligen a las estrellas del año. La más importante tiene también un nombre acorde: la Aguja de Oro. El mejor reloj de 2025, punto. Suena a mucha tensión, ¿verdad? Pues veamos algunos destacados de dicha gala, incluída la Aguja de Oro.
El Premio a la Cronometría: Zenith GFJ
Además de las clásicas categorías que a uno se le pueden ocurrir, como reloj de hombre, de mujer, con complicación, cronógrafos, deportivos, etcétera; hay ciertas categorías para las que no hay un grupo de piezas finalistas o nominadas, sino que se escogen del total de los relojes que llegan a la fase final de las votaciones. Premios como el de Audacia Relojera o, en este caso, Cronometría. El Premio a la Cronometría lo recibe la pieza que haya significado un mayor esfuerzo hacia la precisión continuada de su mecanismo. En pocas palabras, es para aquellos relojes que deciden tomar la ruta larga con tal de ofrecer mayor cronometría en comparación a soluciones más cortas y menos precisas. En 2025 había un claro candidato a esto: el Zenith Georges Favre-Jacot, con el calibre 135. ¿Por qué hago referencia a que era un premio tan claro? Bien, el calibre 135 de Zenith es el calibre que acumula más premios de cronometría de observatorios de la historia.


Durante la mitad del siglo XX (años 50 y 60), las marcas competían en una dirección: demostrar quién es más precisa. El territorio perfecto para llevar a cabo dichas competiciones era uno: los observatorios astronómicos, siendo el más famoso el de Besançon. Allí se realizaban pruebas en distintos formatos para determinar qué calibre era el más preciso. Entonces, cuando una marca como Zenith, una de las grandes de la precisión, reedita un calibre legendario como es el 135 (reedita, hechos desde cero completamente, no reformando calibres antiguos) y lo introduce además en una combinación de caja y esfera así, es evidente que era el candidato número uno a recibir el premio que terminó llevándose: el Premio a la Cronometría de 2025.
Mejor Tourbillon: Bvlgari Octo Finissimo Ultra Tourbillon

Que Fabrizio Buonamassa reciba otro premio en los GPHG es algo que celebraré siempre que pase. El dandi napolitano de Bulgari es la mente y el diseño detrás de este nuevo récord de la marca: el Octo Finissimo Ultra Tourbillon, galardonado (justamente) en su categoría más natural. La marca lleva años en la carrera de la innovación hacia la delgadez, aunque en esta «dieta» no han dejado de lado lo estético, ya que, para mí, este es el mejor producto que han hecho en su grupo de tourbillones ultraplanos.
Usan dos coronas, una para el sistema de carga y otra para el ajuste de la hora, integran increíblemente bien el tren de engranajes junto con un barrilete XL, para una mayor eficiencia y duración de la carga; y, por supuesto, ejecutan de una forma excelente la jaula de su tourbillon. Todo esto con solamente 15 joyas, es decir, consiguen un movimiento muy complejo en una ejecución simple. Eso sí que no es sencillo. Jean-Claude Babin, director de relojes en LVMH, es uno de los únicos CEOs en ganar premios en el GPHG con diferentes marcas (en su caso, TAG Heuer y HUBLOT).

Mejor Reloj Deportivo: Chopard Alpine Eagle 41 SL Cadence 8HF
Los materiales son el campo de innovación número uno en relojería en este siglo. Encontrar nuevas soluciones técnicas es muy complicado y, muchas veces, demasiado costoso de producir en masa. Mientras que las nuevas arquitecturas de calibres acaban estando relegadas, generalmente, a las piezas más exclusivas de cada marca, la inversión en I+D de materiales sí que tiene un reflejo y un retorno en las grandes colecciones de cada casa. De hecho, aquí se encuentra una pequeña joya escondida: quien lea esta introducción y vea las imágenes del Alpine Eagle al que va ligada pensará que hablo del titanio «ceramificado», que mezcla las propiedades del titanio y de la cerámica, y que vemos en la caja del reloj. Pero no, hablo de una evolución de un material dentro del corazón del reloj. La característica principal de este Chopard es su alta frecuencia. 8 hercios se dice rápido, y más rápido aún late su órgano regulador.



¿Cómo consiguen esta frecuencia sin perjudicar la reserva de marcha? Correcto: con un material especial. En este caso, el silicio monocristalino de la espiral. Dada su ligereza, robustez y anti magnetismo, permite que el reloj funcione a la frecuencia antes mencionada manteniendo una reserva de marcha de 60 horas, mucho mayor que la mayoría de calibres estandarizados que dan vida a la gran parte de relojes del mercado. Por ello, esto es una prueba de cómo la innovación en un material tan particular como la variante de silicio de la espiral puede resultar en ganar el Premio al Mejor Reloj Deportivo del GPHG 2025.
La Aguja de Oro: Breguet Souscription 2025
La semana pasada tuve un placer enorme: compartir una buena charla con Gregory Kissling y Emmanuel Breguet. El domingo 9 de noviembre, en la primera planta del hotel Mandarin Oriental de Ginebra, nos reunimos alrededor de un número de grandes piezas históricas de la marca, entre ellas algunas como una pieza de la colección de Jorge IV de Inglaterra, un reloj de mesa hecho por George Daniels y certificado como reloj Breguet, o el número 1890, la inspiración para el nuevo 7225 que acabó finalmente en manos de nada menos que François-Paul Journe. Cuando se toma en perspectiva todo el legado de Abraham-Louis Breguet, sale a relucir la diferencia entre posicionamiento y valor intrínseco. Si los relojes fueran «al peso» y la medida fuera la «cantidad de horología», Breguet vendería una de las mayores proporciones de horología por precio. Gregory Kissling lo sabe y su objetivo es refrescar la marca y asegurarse de que la comunicación adecuada acompaña los hitos que están logrando al igual que la gran herencia que tienen.

Una muestra de esto ha sido, sin duda, el GPHG. Tras varias ediciones sin participar, Grupo Swatch retorna a los Grandes Premios con una propuesta de valor inmensa: el Breguet Souscription 2025 enmarcado dentro de la categoría de reloj icónico. La pieza, quizás, más icónica: está basada en el reloj de bolsillo de suscripción que permitió a Abraham-Louis Breguet mantener a flote su negocio a su vuelta de Suiza. Tanto el diseño como el concepto retornaron este año a la producción, siendo la primera de las piezas de celebración del 250 aniversario de la marca.
Después, en la noche del 13 de noviembre, la sorpresa fue máxima, aunque el reconocimiento merecido: no había ganado su categoría, había ganado el premio al mejor reloj de 2025, la Aiguille d’Or, por primera vez en su historia. Orgulloso lucía el Sr. Kissling el Souscription cuando le volví a encontrar en la boutique de Dubái hace un par de días, con la ocasión de la presentación del nuevo Reine de Naples. Es el broche de oro (quizás, de Breguet Gold) a un año con unas novedades exquisitas, un año del que estoy seguro Abraham-Louis Breguet estaría orgulloso.
