La gran cita deportiva de estos primeros meses del año son los Juegos Olímpicos de Invierno que se celebran en Pekín y, una vez más, Omega estará presente como cronometrador oficial del evento. Es un momento muy especial para la firma suiza por un doble motivo. Primero, con Beijing 2022 son ya treinta las citas olímpicas a las que acude Omega. Una larguísima asociación (de las más longevas dentro de la industria) que cumple ahora 90 años desde que Omega acudió a la llamada del comité olímpico para cronometrar las competiciones de los juegos de Los Ángeles. En aquella ocasión la firma trasladó un relojero con treinta cronómetros en su maleta, previamente certificados en el observatorio de Neuchâtel. Un equipo que palidece ante el despliegue preparado en esta ocasión: 200 toneladas de equipo y más de 300 cronometradores que trabajarán duro para hacer de estas más de dos semanas de competición todo un espectáculo.
El salto tecnológico producido en estos noventa años de Omega en los Juegos Olímpicos demuestra la importancia que ha tenido el cronometraje en la evolución de las diferentes disciplinas deportivas. Para Omega, participar en los Juegos Olímpicos va más allá de ser un mero vehículo promocional. El constante perfeccionamiento que ha vivido el deporte moderno ha obligado a la firma a exigirse cada vez más a la hora de mejorar sus equipamientos. Las carreras de las citas estivales como las competiciones de los juegos de invierno requerían en cada ocasión un mayor grado de precisión, necesidad a la cual Omega siempre ha respondido con equipos cada vez más sofisticados.
Omega acudió a la llamada del comité olímpico para cronometrar las competiciones de los juegos de Los Ángeles. En aquella ocasión la firma trasladó un relojero con treinta cronómetros en su maleta, previamente certificados en el observatorio de Neuchâtel.
A la par con esta mejora continua de los aparatos de precisión se desarrollaba una carrera por mejorar la espectacularidad de las retransmisiones. En todo este tiempo, los Juegos Olímpicos han pasado de ser un evento de carácter amateur a un espectáculo seguido por miles de millones de espectadores de todo el planeta. En esta búsqueda del espectáculo, el cronometraje juega un papel esencial. Ya no solo se le pide ser lo más preciso posible, también que aporte la mayor cantidad de información posible y que lo haga de un modo atractivo. Y no es fácil superarse en cada ocasión.
Un equipo de cronometraje de ciencia ficción
El actual equipo de cronometraje de Omega es la suma de muchas décadas de experiencia y evolución tecnológica. Los instrumentos hoy en día empleados poco tienen que ver con los cronógrafos usados en Los Ángeles en 1932 o en Garmisch-Partenkirchen en 1936, la primera cita invernal a la que acudió la relojera. En esas 200 toneladas de equipo que citábamos al principio hay aparatos que parecen surgidos de una película de ciencia-ficción.
Entre los más espectaculares encontramos el Quantum Timer, la evolución de los antiguos cronógrafos mecánicos. La precisión del Quantum Timer alcanza la millonésima de segundo. Este hito tecnológico se ha conseguido gracias al uso de un microcristal integrado que mejora cinco veces la precisión de las anteriores versiones del modelo.
Otro instrumento innovador es la Scan’O’Vision MYRIA, estrenada por Omega en 1992 en los Juegos Olímpicos de Invierno de Alberville y la cual sustituía a las antiguas películas de celuloide usadas en la photofinish. Esta nueva tecnología supuso un gran avance en la medición deportiva al crear una película virtual que registraba la llegada de los deportistas a la meta con una precisión de una milésima de segundo. La versión MYRIA de la Scan’O’Vision va más allá y eleva la precisión de la máquina a 10.000 imágenes por segundo.
La lista de aparatos se completa con diferentes sistemas de células fotoeléctricas, dispositivos de salida en las pruebas de esquí alpino o marcadores de alta resolución, entre otros elementos. Todos ellos concebidos para que el espectador viva cada competición de un modo único.
Novedades para la cita de Beijing 2022
Como no podía ser de otro modo, la cita pequinesa también trae novedades en el campo del cronometraje y la medición. Las más importantes las encontramos en las pruebas de patinaje artístico. Un nuevo sistema de seis cámaras colocadas alrededor de la pista de hielo que permitirá a los jueces y público obtener una información más detallada de las evoluciones de cada participante. De este modo podrán conocerse datos objetivos que ayuden a la valorar la actuación de cada deportista. En Pekín será posible, por ejemplo, saber la altura de cada salto, así como la longitud o el tiempo suspendido sobre la pista. Un eficaz modo para que conocedores y neófitos disfruten más de este espectacular deporte.
La tecnología aportada por Omega también será fundamental para ayudar en las salidas de las carreras de patinaje de velocidad. Hasta ahora este momento crucial de la competición quedaba supeditado a la vista de los jueces. La incorporación de cámaras en cada una de las calles de los corredores servirá para que los árbitros tengan una imagen más real de la salida y puedan así avisar a los jueces de cualquier irregularidad. Estas son solo algunas de las incorporaciones de Beijing 2022.
Creación de una nueva disciplina olímpica
Pero el compromiso de Omega con los deportes de invierno va incluso más allá de las labores de cronometría. Suena increíble, pero la firma relojera ha sido parte activa en la creación y promoción de una reciente disciplina deportiva. Se llama Monobob y será una de las siete incorporaciones que se han realizado para esta nueva cita olímpica.
El Monobob es una disciplina relativamente moderna. Fue creada en 2011 con el apoyo de diferentes federaciones con el objetivo de promocionar los deportes de invierno. Su gestación ha corrido a cargo de la International Bobsleigh and Skeleton Federation, con quien Omega colabora estrechamente desde 2002. Monobob se puede describir de manera muy breve como la adaptación de bobsleigh a un solo tripulante, en lugar de los equipos de 2 ó 4 personas que practican este deporte hasta ahora. Más allá del número de participantes, el Monobob disfruta de la misma espectacularidad, con un trineo de 2,30 metros de longitud y 130 kilos, que se desplaza por la pista a una velocidad cercana a los 120 kilómetros por hora.
En definitiva, el deporte perfecto para ver por la televisión y engancharse durante estos Juegos Olímpicos. Dato curioso, únicamente habrá modalidad femenina en la disciplina de Monobob en los Juegos Olímpicos de Pekín 2022. Con esta medida, la International Bobsleigh and Skeleton Federation ha conseguido que mujeres y hombres compitan en un similar número de pruebas.
El Monobob disfruta de la misma espectacularidad que el Bobsleigh, con un trineo de 2,30 metros de longitud y 130 kilos, que se desplaza por la pista a una velocidad cercana a los 120 kilómetros por hora.
Omega ha trabajado de manera constante durante los diez años que han llevado desde la creación del Monobob hasta su llegada a los Juegos Olímpicos. No es raro que consideren esta disciplina parte de su legado y han trabajado duro para que los espectadores disfruten de toda la espectacularidad de sus pruebas durante las retransmisiones deportivas. Para ello han preparado una compleja estructura en la pista de competición que permite conocer en todo momento la velocidad de los vehículos participantes, así como de otros parámetros como la aceleración o la fuerza G soportada por los corredores.
El reloj que surgió del frío
Como no podía ser de otro modo, Omega no ha dudado en presentar una serie de ediciones conmemorativas que celebran esta nueva edición de los Juegos Olímpicos de Invierno. La más reciente se inscribe dentro de la colección Seamaster Aqua Terra y destaca por su espectacular esfera. Las características técnicas son similares a las de las referencias más conocidas de esta popular línea. La caja es de acero con un diámetro de 41 milímetros y hermética a 150 metros. Equipa un calibre 8900 con escape Co-Axial Master Chronometer. Su condición de edición especial reside en la decoración de su fondo de acero, con el logotipo de Beijing 2022, y una deslumbrante esfera de cerámica blanca y un acabado escarchado que tanto nos recuerda al hielo sobre el cual se disputan muchas de las disciplinas deportivas de estos juegos. Este modelo está ya disponible a la venta por 6.500 euros.
La otra edición especial preparada para estos Juegos Olímpicos representa un cambio de concepto radical respecto al Seamaster Aqua Terra. Se trata del Omega Seamaster Diver 300M realizado en acero y con bisel giratorio unidireccional de titanio con escala en relieve. Un modelo de inspiración mucho más deportiva que destaca por sus excepcionales condiciones para la práctica del submarinismo, como demuestra la inclusión de una válvula de escape de helio. La personalización de la edición destaca por su discreción y sobriedad. Hay que fijarse muy bien para ver la decoración cromática de los índices de las 2, 4, 8, 10 y 12 horas. Cada uno de ellos está decorado con un color correspondiente a los cinco de los aros olímpicos, todo ellos sobre una preciosa esfera de cerámica azul. Como en el anterior modelo, el fondo de la caja viene decorado con un logotipo de Beijing 2022 en relieve. Su precio es de 6.100 euros.