La tendencia
Apréndete la palabra corpcore porque en 2025 no vas a dejar de escucharla. Y es que los looks corporativos ya están presentes en las colecciones de este invierno y lo estarán aún más en las de la próxima primavera. Los trenchs en clave masculina y todas prendas que tienen que ver con la sastrería no están solo relegados a la oficina sino a cualquier contexto. La clave está en las combinaciones. La colección primavera-verano 2025 de Daniel Roseberry para Schiaparelli es una constante adaptación de las prendas de hombre a la silueta de mujer. Saint Laurent, que tanto visitó a las mujeres en las oficinas del siglo XX, propone ahora looks a imagen y semejanza del diseñador argelino: Anthony Vaccarello ha replicado su estética (con gafas incluidas) y ha introducido la corbata en el armario femenino de la próxima temporada.


Anillo de oro rodio negro con diamante central blanco y brazo entrelazado con pavé de diamantes negros
Los colores
La Semana de la Moda de Nueva York prevé una primavera en tonos moderados, sobre todo en blanco y negro —en total looks, como los conjuntos depurados de Filippa K, o mezclados con perfecta simetría, como los de Wes Gordon para Carolina Herrera o Patou—, y también en pasteles como el rosa y el amarillo —Rodarte o Eckhaus Latta recuperan el mantequilla después de su popularidad del pasado verano.

París coincide con una neutralidad que se mueve entre el beige más claro y el chocolate, con una primavera en tonos tierra. Tiene su lógica, al minimalismo al que tanto recurrimos desde hace ya algunas temporadas le sientan muy bien estos tonos, sobre todo cuando se pretende salir de los recurrentes blanco y negro sin romper la regla del ‘menos es más’.
La inspiración
Aunque el boho corre por las venas de Sienna Miller (y vuelve a ser musa indiscutible), fue Daisy Edgar-Jones la que el pasado verano confirmó la vuelta de esta estética entre folk y hippy pero siempre con el toque chic que fue tendencia en los 2000. Un vestido azul, con volantes vaporosos y firmado por Chemena Kamali para Chloé, vaticinó lo que unas semanas después ocurriría en la Semana de la Moda de París: el boho más sofisticado regresaba sin previo aviso para que este año volvamos a vestir con flecos, volantes, encajes y transparencias.

Los patrones
Olvídate de los escotes, este año el centro de atención está en la cadera, y los diseñadores lo representan de las formas más creativas: desde los vaqueros tipo Popeye de Acne Studio al miriñaque de Balmain, los diseños rígidos de columna dórica de Rei Kawakubo, los tops péplum en los conjuntos románticos de Cecilie Bahnsen o la silueta reloj de arena de Schiaparelli.
A estos patrones se suma la vuelta de la silueta balloon y el escote corazón, que juntos o separados recuperan las formas circulares del exceso de los 80 (está en las propuestas de Wes Gordon para Carolina Herrera) o en las minis abullonadas que marcaron los looks más imitados de Blair Waldorf, como en las propuestas de Christian Siriano.

