El ascenso de Tudor en los últimos años es un caso digno de estudio. La legitimidad, independencia y tracción que ha conseguido la convierten en una de las marcas que más atención capta entre los coleccionistas. Está consiguiendo crecer en el imaginario popular relojero hasta posicionarse como una de las primeras marcas de las que uno habla cuando se trata de relojes. En lo referente a España, en 2024 abrió junto a RABAT su primera boutique en Barcelona. Aquel evento, con la que fue durante un tiempo la operación en clave DB, posteriormente desvelada como la presencia de David Beckham en la ciudad condal, será recordado durante mucho tiempo.
Información
- Dirección:Calle Serrano, 44 – 28001 Madrid
- Teléfono:+34 810583646
- Sitio web
El siguiente paso natural para la marca era expandirse a la capital, y eso es exactamente lo que han hecho. En una localización ideal, Serrano 44, con el mismo partner que en Barcelona, RABAT, la nueva boutique de Tudor en Madrid tiene todos los elementos necesarios para el éxito. En un año con muchos movimientos, aperturas y aperturas pospuestas de tiendas de relojes en Madrid, Tudor hace, junto a RABAT, las cosas bien una vez más.
¿El espacio?
Recogido, lleno de relojes y con puro ADN Tudor. En el canal de YouTube de PERPETUO podéis ver la tienda en profundidad en formato audiovisual. Para mí, es un reflejo de que es mejor hacer que decir que vas a hacer. Esta apertura lleva siendo un secreto desde hace más de un año, y la prioridad se ha puesto en que el trabajo sea el que brille por sí mismo. A partir de ahora, y viendo cómo funciona Tudor en su red de boutiques internacionales, será, sin duda, un gran punto de encuentro de aficionados en Madrid. Con un carácter atrevido y muy ligado al deporte, la marca acostumbra a realizar activaciones diferentes y muy orientadas a la creación de una comunidad. A la vista está la «familia Tudor» de Barcelona, compuesta de clientes y personal. Personalmente, es una dinámica que me agrada que llegue a la capital para los próximos años. Favorece el disfrute conjunto entre aficionados de nuestro nexo común: los relojes.
Además, llega en un año donde el catálogo de novedades de la marca es digno de acercarse a la boutique para disfrutarlo entero «en el metal», como solemos decir en el gremio. Líneas nuevas, como la Black Bay 68, modelos rompedores, como el Pelagos Ultra, o relojes hechos para tocar la fibra sensible de los más apasionados de la marca, como el Black Bay Burgundy. También, por supuesto, los tan buscados cronógrafos en diversos tonos muy populares. Incluyendo líneas en crecimiento como la 1926, con los nuevos Luna. Pero, en paralelo a este amplio catálogo, uno de los mayores beneficios de tener una boutique propia y no solo un corner en distribuidores es poder introducir al aficionado al «universo Tudor».
El ya famoso Born to Dare es más que una estrategia de marketing
Es, básicamente, un baremo sobre lo que representa Tudor. Se refleja fácilmente, aunque no únicamente, en los deportes en los que participan, como el ciclismo o el surf. También, en su elección de embajadores. Perfiles atrevidos, como el antes mencionado Beckham o el tan famoso en el continente asiático Jay Chou. Pero, como venía diciendo, no es solamente marketing. Born to Dare también se respira en los riesgos que toman apostando por diseños y materiales, o en movimientos empresariales a largo plazo como la apertura de Kenissi apostando por un estándar superior. En resumen: Tudor no se conforma, pero no es una marca pretenciosa. Ese, en mi opinión, es el espíritu detrás de las boutiques de la marca en España: no ser conformistas, pero tampoco pretenciosos. Creo que es la receta del éxito.
