Vacheron Constantin celebra su 270 aniversario con un tributo al arte, la tradición y el tiempo eterno

7 Jul 2025

Desde Ginebra al mundo entero, Vacheron Constantin rinde homenaje a sus 270 años de historia con una exclusiva colección que combina relojería técnica, arte y herencia. Ediciones limitadas, complicaciones insuperables y un guiño al pasado miran al futuro con elegancia y emoción.

Un linaje que desafía al tiempo

Fundada en 1755, Vacheron Constantin ostenta el título de la manufactura más antigua en funcionamiento ininterrumpido. Su historia está salpicada de hitos: el Tour de l’Île de 2005 con sus 834 componentes y el Reference 57260 de 2015, el reloj mecánico más complejo del mundo. Hoy, con 270 años a sus espaldas, la Maison presenta una celebración que abraza técnica, estética y emoción.

Ediciones que reescriben el legado

Traditionnelle Tourbillon Calendario Perpetuo 270.º Aniversario – Platino, 127 piezas

Un reloj que fusiona dos complicaciones emblemáticas: calendario perpetuo y tourbillon, en un calibre ultra‑plano automático 2162 QP/270, apenas 6,55 mm, con 72 h de reserva. La caja de platino de 42 mm luce esfera en oro guilloché con el motivo exclusivo del aniversario inspirado en la Cruz de Malta, símbolo de la Casa.

Les Cabinotiers Tribute to the Tour de l’Île – Tres piezas únicas en 40 mm

Un homenaje a la emblemática Torre de la Isla de Ginebra. Dos versiones en platino combinan esmaltado Grand Feu y guilloché artesanal; la tercera, en oro rosa, destaca por su relieve grabado, con más de 140 h de trabajo. Todos marcan el exigente “Poinçon de Genève” que certifica la excelencia artesanal.

Traditionnelle Openface y Patrimony – Ocho piezas limitadas

La familia Traditionnelle presenta tres modelos Openface de platino con diales calados y complicaciones como calendario perpetuo, fases lunares y fecha retrógrada. Además, Traditionnelle y Patrimony ofrecen ediciones en oro rosa o blanco, con motivos de aniversario, correas exóticas y acabados “côte unique”.

Historiques 222 de acero – De 1977 a la modernidad

En acero, renace el icónico modelo 222 –original de 1977– en caja de 37 mm con esfera azul, brazalete integrado y movimiento calibre 2455/2, frecuencia 4 Hz y 40 h de reserva. Se espera un precio en torno a 35 000 €.

El Solaria: una obra maestra celeste

Como broche de oro a esta celebración, Vacheron Constantin presenta la creación más compleja jamás realizada por la manufactura: el Les Cabinotiers Solaria Ultra Grand Complication – La Première.

Ocho años de desarrollo, 13 patentes y 1.521 componentes dan vida a un calibre sin precedentes, alojado en una caja de oro blanco de 45 mm y apenas 14,99 mm de grosor. Esta pieza única combina:

  • 41 complicaciones, récord mundial para un reloj de pulsera.
  • Funciones astronómicas inéditas: posición, culminación y declinación solar, calendario sideral y visualización simultánea de los tiempos civil, solar y sideral.
  • Una sonería Westminster con gongs dobles que reproducen los acordes del Big Ben.
  • Complicaciones relojeras clásicas: tourbillon, cronógrafo ratrapante, ecuación del tiempo, calendario perpetuo, repetición de minutos…
  • Un reverso astronómico que muestra el cielo nocturno y el mapa celeste desde Ginebra.

El Solaria no es solo un hito técnico, sino una declaración poética. Su doble esfera —una dedicada al tiempo, otra al universo— lo convierte en un verdadero planetario de pulsera, uniendo al portador con los ciclos cósmicos que rigen nuestras vidas.

Cuando la relojería se vuelve eterna

Solaria no solo da la hora. Narra la historia del sol, del cielo y del tiempo mismo. Cada complicación es un susurro del cosmos, cada engranaje una metáfora del orden universal. No hay en él un solo componente superfluo: todo late al ritmo de una poesía mecánica que conmueve y deslumbra.

Y así, en su 270 aniversario, Vacheron Constantin nos recuerda que hay relojes que se miran y relojes que se sienten. Que hay mecanismos que dan la hora, y otros —muy pocos— que dan sentido al tiempo.

Porque cuando la precisión se encuentra con la poesía, el tiempo ya no se mide.
Se contempla.

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