Era un secreto a voces que Breguet estaba preparando una nueva generación del Type XX. Lo supimos cuando hace dos años se presentaron dos referencias de esta colección y anunciaron que serían las últimas con el formato hasta entonces usado. El anuncio de un nuevo Type XX tuvo una respuesta entusiasta inmediata por parte de los seguidores de Breguet. Pocos relojes de la manufactura acumulan tanta historia y carisma como este reloj de viajero, de cuyo lanzamiento se cumplen ahora setenta años. Y, con el secretismo que merecen los proyectos de esta altura, Breguet presentó por fin a primeros de junio en París el tan esperado reloj… con la sorpresa añadida de ser finalmente dos los modelos presentados.
El reloj hace justicia a su leyenda
El equipo de Breguet no se ha querido precipitar a la hora de lanzar el nuevo Type XX. Primero, era importante lanzar un reloj que mostrara y respetara la leyenda de la colección. Además, la manufactura ha aprovechado su lanzamiento para crear un nuevo movimiento acorde con las exigencias actuales, prestigio y carisma del Type XX. Por último, y más importante, tenía que ser un reloj que enamorase a los aficionados desde el primer momento. Podemos decir que estos requisitos se han cumplido con creces.
Centrados ahora en la estética del modelo, el objetivo principal ha sido retroceder a los orígenes de la colección para encontrar un diseño muy limpio y a la vez reconocible. El nuevo Type XX está fabricado en acero y tiene un diámetro de 40 milímetros con una hermeticidad de 100 metros. Como buen instrumento técnico, es un muy cómodo de llevar y disfruta de una excepcional legibilidad. Discreto, versátil y con un controlado toque vintage, es una elección idónea como reloj de diario.
Las dos caras del Type XX
Como decimos antes, Breguet ha sorprendido a todos los aficionados al lanzar dos versiones del Type XX. Según han comentado, esta decisión se debe a su objetivo de recuperar del modo más fiel posible el legado histórico de la colección. Lo han conseguido de una curiosa manera, con un modelo de inspiración civil y un segundo de origen militar. El primero de los modelos es el Type XX Chronographe 2067. Lo reconocemos por su bisel giratorio bidireccional que cumple la función de indicador de segundo huso horario. Esta referencia rinde homenaje a los Type XX civiles que Breguet produjo en los años 50 y 60, con mención especial a un modelo de 1957 del cual toma las agujas en forma de punta de lanza. Al igual que estos antiguos Type XX, el 2067 dispone de un contador de cronógrafo de 15 minutos, muy habituales en la época, aunque hoy en día raros de encontrar. El reloj se entrega con una correa de piel de becerro y otra adicional de tela NATO.
La historia militar de Breguet
El otro modelo presentado es el Type 20 Chronographe 2057. Se diferencia del anterior por el uso de números árabes en su denominación. De nuevo tenemos que acudir a la historia de la colección para entender esta decisión. Este era el sistema elegido en el pasado por Breguet para diferenciar los relojes que iban destinados al público civil y al militar: los primeros llevaban números romanos y los segundos árabes.
El modelo tomado como referencia para su diseño ha sido el reloj fabricado para la Ejército del aire francés entre 1955 y 1959 y del cual se produjeron un total de 1.100 unidades. Al igual que este modelo, el Type 20 Chronographe 2057 lleva bisel giratorio con puntero y disposición bicompax de los contadores. El reloj se acompaña en esta ocasión de una correa negra de piel de becerro, además de la adicional de tipo NATO de tela.
Movimiento para los nuevos tiempos
El aspecto retro de los dos nuevos Type XX contrasta con la modernidad del mecanismo que equipan. Se presenta con el número 728 (7281 en la versión del Type 20) y su desarrollo se ha prolongado durante cuatro años. La razón de tan largo tiempo ha sido la necesidad de dar con la combinación perfecta de precisión, resistencia y aptitudes aéreas. Como gran novedad, el calibre 728 funciona con una precisión de 36.000 alternancias a la hora, con una reserva de marcha de 60 horas. Las principales piezas del órgano regulador están fabricadas en silicio, por lo que no necesitan lubricación y son inmunes a la influencia de los campos magnéticos.
En cuanto a la función cronógrafo, cuenta con rueda de pilares y embrague vertical. Por supuesto, es de tipo “flyback”, uno de los requisitos solicitados por el ejército francés y el cual ha sido emblema de la colección desde hace décadas. El gran acabado del calibre 728 es visible a través de la ventana de zafiro del fondo de la caja. También podemos observar el rotor de carga, con forma de ala de avión y fabricado en oro con tratamiento DLC negro. Por último, una pequeña concesión que nos permite el calibre 728 y que no encontramos en los primeros Type XX: la ventana de fecha, situada justo debajo del índice de las 4 horas.
Breguet, una firma de altos vuelos
Breguet ya contaba con una gran experiencia en la fabricación de relojes y instrumentos de aviación en el momento de crear el Type XX en la década de los cincuenta. Como contamos más adelante, Breguet es una casa pionera de la industria aérea francesa. Este vínculo facilitó que la casa encontrará en el suministro de instrumentos una actividad complementaria a su producción relojera. Esta diversificación se potenció en la década de los cincuenta y tuvo uno de sus hitos en la presencia de un reloj Breguet nada menos que en la cabina de mandos del Concorde.
Con esta experiencia acumulada, Breguet aceptó el reto planteado por el Ministerio del Aire francés de crear un reloj para sus pilotos. La propuesta incluía un requisito básico que era la puesta a cero del cronógrafo, una característica actualmente entre los aficionados como mecanismo “flyback”, el cual permite la puesta a cero del cronógrafo sin necesidad de detenerlo antes. Esta “función especial”, según el término empleado por los técnicos, era vital para los pilotos, ya que les permitía ahorrar un tiempo esencial en sus operaciones de vuelo. El mecanismo “flyback” se ha convertido en el símbolo de los Type XX en estos setenta años de existencia de la colección.
Un secreto militar disponible para todos
Aunque Breguet ya entregó varias piezas al Ejército del Aire francés en los primeros años de la década de 1950, no sería hasta 1953 cuando se oficializa la designación del Type XX como reloj oficial del cuerpo armado. Para ello, antes ha tenido que pasar los requisitos solicitados y aparecer registrado en los libros de la casa con el nombre de Type XX (o Type 20, dependiendo de las peticiones). El pedido firmado por el Ejército del Aire francés será de 1.100 unidades a entregar en los próximos años. El modelo creado por Breguet para este pedido será prácticamente igual a la referencia Type XX Chronographe 2057 que acaba de presentar Breguet este verano.
Las peticiones por parte de otros organismos oficiales no acabaron aquí. La firma comienza a entregar cronógrafos Type XX al instituto civil Centre d’Essais en Vol. Será una versión del reloj con un contador de horas del cronógrafo y un bisel con escala de 12 horas, muy similar a la referencia Type XX Chronographe 2067 que acabamos de presentar. La Aéronautique Navale (la fuerza aérea de la Marina francesa) dispondrá de su propio Type XX a finales de la década. También se lanzarán diferentes versiones civiles del reloj, que incluso llegó a contar con su propio espacio de venta en el aeropuerto de Paris-Le Bourget.
Evolución en el tiempo
El Type XX siguió evolucionando en la década de 1960 con nuevos mecanismos y en los setenta con un nuevo diseño de caja que dio pie a la que actualmente se conoce como segunda generación del modelo. En aquella época el Type XX conserva su aura de reloj técnico para aviadores. Cuerpos militares, tanto franceses como internacionales, lo eligen equipamiento de sus pilotos. Incluso el presidente George Pompidou adquirirá varias unidades para convertirlo en el regalo oficial del Eliseo francés.
Al igual que el resto de la industria, Breguet sufrirá una importante caída del negocio a finales de los setenta que repercutió en su producción de relojes. Además, la sociedad vivirá momentos convulsos, con diferentes cambios de dueño. En 1987 es adquirida por la sociedad Investcorp, que diseña para la marca un ambicioso plan de expansión que incluye la compra de la manufactura Nouvelle Lemania, actual sede de la firma, y la recuperación del Type XX en su tercera generación en 1995. Serán muchos los aficionados que descubran el Type XX en estas fechas. El peso del clasicismo se deja notar en la tercera generación del Type XX con un nuevo diseño en el que destaca el acanalado de la caja.
Swatch Group adquiere Breguet en 1999 y el Type XX vive una nueva edad dorada con multitud de variantes. Ya en el siglo XXI veremos la llegada del Transatlantique, con ventana de fecha y dos importantes evoluciones, el Type XXI (2004) y Type XXII (2013). Son dos relojes con un marcado componente innovador que situarán a la colección Type XX en el segmento más alto de los relojes de aviador. Un mérito que ahora consolida con la llegada de su cuarta generación.
¿Pero construyó Breguet aviones?
Existe cierta confusión la primera vez que nos interesamos por la historia del Type XX y descubrimos el vínculo de Breguet con el mundo de la aviación. Las preguntas más habituales son si llegaron a existir aviones Breguet y si estos fueron construidos por la misma empresa que hacía nuestros queridos relojes. Para responderlas tenemos que retroceder a los orígenes de la firma. Abraham-Louis Breguet funda, en 1807, Maison Breguet et Fils cuando decide trabajar con su único hijo Antoine-Louis. El sucesor del fundador no tardará en ceder el poder a su hijo Louis-Clement. A él le gustan los relojes, pero es la electricidad el campo que más le apasiona. Tanto es así, que en 1853 decide bautizar al negocio familiar como Maison Breguet y dedicarse tanto a los relojes como al telégrafo y otros avances eléctricos de la época.
Pero la pasión es demasiado fuerte y en 1871 finalmente decide abandonar también los relojes. Él será el último Breguet dedicado a la relojería. Venderá el negocio a Edward Brown, relojero que amplia trayectoria en los hasta entonces talleres de la familia Breguet. De este modo, a finales del siglo XIX tenemos una casa Breguet, propiedad de la familia Brown y dedicada a los relojes, y una Maison Breguet, especializada en electricidad, comunicaciones y demás innovaciones de la época. En 1906 comienza a trabajar en ella Louis Charles Breguet, nieto de Louis-Clement. Como le ocurría a su abuelo, el Louis Charles pronto perdió interés por el negocio familiar y comienza a obsesionarse con la idea de volar. Su sueño se hace finalmente realidad en 1911 cuando funda la compañía de aviación Louis Breguet junto a su hermano Jacques. Juntos levantaron una de las fábricas de aviones más importantes de Europa, independiente hasta su absorción por parte de Dassault en 1967. Así que, como resumen, diremos que podemos en el pasado podemos encontrar relojes Breguet, telégrafos Breguet y aviones Breguet. Todos llevan el mismo nombre, pero fueron fabricados por empresas diferentes.