Es una cantinela inevitable: cada año, a finales de noviembre, la sombra de Mariah Carey acecha para cargar de barroquismo navideño a lo ancho y largo del planeta, y con ello las hordas de gente atravesando las urbes en busca de regalos y algo de calor social para alegrarse el alma. Resulta una tarea ardua, casi imposible, encontrar restaurantes de calidad que no hayan agotado sus reservas en todas las cenas de diciembre, y una misión casi heroica encontrar rincones alternativos a las luces de colores y las colas de lotería en los que recrearse lejos del ruido. Por eso, en esta agenda de invierno –encontrarás en ella planes para diciembre y enero, sorteando como humanamente se pueda los tópicos de muérdago y buenismo– se esconden películas, series, libros, exposiciones y hasta algún himno al desamor para escapar del mundanal ruido y celebrar, ya sea delante de una pantalla o las páginas de una oda al consumo ético, unas fiestas de la forma menos típica posible.
1. El restaurante: Amós aterriza en el hotel Rosewood Villamagna
Es, junto al exultante Deessa de Quique Dacosta en el Ritz y los nuevos 13 fantásticos de la Galería Canalejas, una de las aperturas gastronómicas más deseables para el invierno madrileño. La capital ha tenido que esperar un año y siete meses para ver renacer al emblemático hotel Villamagna que domina el Paseo de la Castellana, pero su alianza con la cadena de lujo Rosewood no ha sido la única sorpresa que esta joya inaugurada en 1972 ha traído con su reapertura. La otra, bastante más sabrosa, es el templo inaugurado por el dueño de tres estrellas Michelin, Jesús Sánchez, en una apuesta continuista por su Cenador de Amós en el pueblo cántabro de Villaverde de Pontones. El gran contraste, aparte del nombre –simplificado a Amós en honor a su abuelo–, es una carta algo más asequible que la del restaurante matriz, hasta ahora dividida en los menús Percibe y Evoca. Amós estrena nomenclatura con los menús Memoria y Esencia, junto a una carta de mediodía a base de cuchara disponible en las reservas de mediodía. No es exactamente el Cantábrico, pero es lo más cerca que se puede estar de él en el centro de la península.
2. La película: Espíritu Sagrado, de Chema García Ibarra
Una sociedad ufológica que se reúne semanalmente en una inmobiliaria de Elche para zambullirse en el movimiento de los ovnis es, desde luego, un punto de partida peculiar para un largometraje. Pero cuando uno descubre que los actores protagonistas del mismo no son profesionales, que el asunto encierra un secreto tan incómodo como plausible y que muchos hablan de ella como el filme más interesante de la pantalla española en 2021, correr a verla es un asunto de vida o muerte. Y vaya si lo merece: Espíritu sagrado, ópera prima del cineasta ilicitano Chema García Ibarra –que ya había dirigido cortometrajes como Leyenda dorada (2019), Misterio (2013) o El ataque de los robots de nebulosa-5 (2008)– es un escupitajo directo a los ojos del espectador, indeciso sobre si lo que está viendo es una entrega viciosamente magistral de ciencia ficción –con ecos a autores como Carlos Vermut o Javier Fesser– o un disparate ácido sobre los límites del ser humano. Probablemente sea un cruce de ambos, y por ello precisamente sea una de las cintas más interesantes del año. En los Goya ha quedado sepultada por los titanes de Madres paralelas (Pedro Almodóvar) y El buen patrón (Fernando Trueba), pero para los Feroz aún le quedan –bastantes– papeletas. Hasta que llegue a las dichosas plataformas, es una delicia acercarse a verla a ese perfecto ritual que sigue siendo una sala de cine.
3. La exposición: Untold Stories, de Peter Lindbergh en A Coruña
A Coruña es la única ciudad española afortunada al albergar una parada de la imponente muestra itinerante United Stories, exposición que el emblemático Peter Lindbergh comenzó a urdir para dar sentido y narrativa a sus cuatro décadas de trabajo como fotógrafo. Nunca llegó a hacerlo –murió en septiembre de 2019– pero su idea se ha hecho realidad en una nave portuaria abandonada en la ciudad gallega tras pasar por Italia y Alemania, donde se inauguró en febrero de 2020. Untold Stories acoge una amplia selección del archivo en riguroso blanco y negro del artista, con 161 imágenes entre las que se incluyen joyas como una de 1988 de las modelos Linda Evangelista, Michaela Bercu y Kristen Owen, algunas de sus campañas para Armani o retratos de celebérrimos rostros como Naomi Campbell, Claudia Schiffer o Antonio Banderas. Con todo, la más oculta de esas ‘historias no contadas’ es la del reo Elmer Carrol que fue condenado a muerte en Florida y ejecutado en 2013. Tras una apoteósica gala inaugural a la que acudieron algunos de sus retratados, la muestra podrá visitarse en el muelle de Batería de Coruña hasta el 28 de febrero de 2022.
4. La serie: Cardo, la revelación de Ana Rujas y Claudia Costafreda
Desasosiego, incomodidad, vacío y desazón son, probablemente, algunos de los sentimientos que muchos podrán experimentar al ver la magistral primera brillante temporada Cardo. Y con un poco de suerte, también empatía. La serie que protagoniza Ana Rujas y que escribió junto a su amiga, Claudia Costafreda, es un retrato punzante y trágico sobre la generación millenial que cree que no le queda nada por vivir y que sin embargo cambiaría su desencanto por una nueva existencia sin pestañear.
Que a Ana Rujas estaba a años luz de la imagen de actriz conformista y sobrada de belleza se hizo evidente desde que descolocó al público que acudió a verla en la función La mujer más fea del mundo. Incómoda, incisiva, repugnante, brillante, magistral, violenta pero extremadamente certera, la ficción producida por Los Javis y disponible en Atresplayer Premium parte de un accidente, tan fortuito como esencial para que María (encarnada por Rujas) se cerciore del cíclopeo agujero existencial en el que está sumida, anestesiada por las drogas y el alcohol de las noches sin fin. Pero, bajo esa capa, se esconde un retrato a gran escala de miles de jóvenes atrapados en el scroll solitario y la procrastinación por rechazo al modelo de sus padres, a los que alguien contó que la vida es una casa y una familia. Tanto Rujas como Juani Ruiz (Puri), Clara Sans (Bego) o Ana Telenti (Eva) conforman una presencia eléctrica en la pantalla, aunque las apariciones estelares de Jedet y Yolanda Ramos terminan de hacer la cuadratura de circular en una apuesta tan amarga como imprescindible para el final de año.
5. La compra: los básicos de Neutrale (con desayuno de rebote)
Nacho Aragón, Jaime Gil y Rodrigo Fernandez han erigido en el castizo barrio de las Salesas un templo al minimalismo deportivo, sin estridencias ni grandes esfuerzos más allá que el de la sostenibilidad. Se llama Neutrale, y ofrece camisetas, pantalones y sudaderas a precios asequibles y calidad inmejorable en materiales orgánicos y reciclados.
Pero lo más interesante es que a escasos metros de su tienda en el 14 de la calle Justiniano, donde se puede también degustar un café de Marzocco, este triunvirato ha desvelado también Casa Neutrale (c/ Regueros, 14) como homenaje al desayuno como ha de ser: café de especialidad con con la ayuda de los brillantes chicos de Toma Café, tostas y sándwiches entre los que se esconde una delicia bautizada Bikini de Nutella, a base de pan artesanal con mascarpone y Nutella aderezado con escamas de sal y láminas de almendras tostadas.
6. El libro: Marta D. Riezu: La moda justa: Una invitación a vestir con ética
El Instagram de la catalana Marta D. Riezu es exactamente la cara B del frenesí superficial al que nos tiene acostumbrados la red social: retratos de la fotógrafa Maria Ziegelböck, odas a ejemplos de elegancia y reflexiones sobre consumismo y moda de los que dejan la cabeza incómoda unas horas por la empatía que generan.
Que sabía escribir en abundancia ya lo demostró sobradamente en el ensayo Agua y jabón (ed. Terranova), pero la autora ha querido corroborarlo en un pequeño aunque meticuloso tomo bautizado La moda justa (ed. Nuevos cuadernos Anagrama) sobre nuestras elecciones a la hora de vestir y las necesarias alternativas a estas. “El título responde a una doble acepción”, razona la autora. “La primera se refiere a tener en el armario la cantidad justa de ropa, la suficiente, la proporcionada. A huir de la voracidad. La segunda habla de elegir lo íntegro, lo producido en un contexto digno, en formas con las que nadie salga perdiendo”.
7. El placer culpable: la cuarta temporada de Selling Sunset
Imposible aceptar esta recomendación con prejuicios de por medio: en este supuesta serie de docurrealidad (su creador, Adam Divello, es el responsable de esa factoría de niños ricos californianos llamada Laguna Beach que sirvió para dar forma a The O.C.) se mezclan mansiones de ensueño con trifulcas femeninas, hamburguesas con bótox, vestidos de Hervé Leger con tacones de infarto y otros binomios imposibles, cortesía de Netflix. No pasará a la Historia ni es exactamente un buen ejemplo para el sector inmobiliario o las relaciones laborales entre mujeres, pero es una perfecta anestesia cerebral que acaba de estrenar su tercera temporada y ya cuenta con una villana insuperable, Christine Quinn, para hacer que cualquier enemigo personal se nos antoje benévolo. Aunque solo sea por saber todo lo que está mal en Hollywood, ya habrá merecido la pena.
8. La escucha: Quiero pero no, la premonición de Amaia
La expectación por el nuevo disco de la ganadora de OT 2018 no hace más que crecer gracias a los aperitivos que va ofreciendo. Tras el pop de terciopelo de Pero no pasa nada (2018, producido por Santiago Motorizado), el primer adelanto de los sencillos El encuentro (junto a Alizz) y Yo invito sugerían una evolución latente de menos ingenuidad y más sarcasmo de todo lo vivido, y su nueva entrega no hace sino avivar el sentimiento de cerrado por traspaso. Quiero pero no es segundo tema colaborativo (lo hace con el barcelonés Rojuu), y habla de esos encuentros tan evitables como obsesivos que a todos se nos han planteado en la cabeza con aquellos amores tóxicos que se quedan pegados al paladar de la nostalgia.
9. La escapada: Pedraza y la Casa Taberna de Samantha Vallejo-Nágera
Pedraza es sinónimo de oxígeno lejano, de noches iluminadas por cientos de velas y de silencio infinito. Pero también, y desde diciembre de 2020, es el hogar del proyecto más sincero y enraizado de Samantha Vallejo-Nágera.
Hace seis años que la emblemática Taberna de Mariano cerró sus puertas a los visitantes de este pequeño pueblo segoviano de apenas 100 habitantes, y han sido los cinco que su fachada de piedra medieval y nobles interiores habían permanecido cerrados. Pero la cocinera y dueña del catéring Samantha de España –sobra aludir a su papel como miembro del jurado gastronómico más televisivo del país– se propuso tomar este emblema del municipio al que acude religiosamente desde que tiene cuatro años y darle una segunda vida.
El resultado es Casa Taberna, un doble negocio compuesto por hotel y restaurante donde comer y descansar como si la ciudad no nos esperara de vuelta. Pese al lavado de cara –robusto y elegante– de sus nuevas estancias, no hay rastro de ostentación en su propuesta para esta casona castellana del siglo XVII. De hecho, genera una sensación de inconclusión espacio-temporal que supone olvido de relojes y móviles. Más allá de las camas de colchón insuperable y las sabánas de hilo fino, en su restaurante llama la atención de la simplicidad de sus platos: consomé de jamón, chuletón de vacuno, canelón de carrilleras, buñuelo de trufa, pochas con bacalao. Sin tonterías y sin margen de error.
10. La Joya: la esclava Three Wishes de Rabat
Pocos le dirían a Esteban Rabat que su apellido, motivo del nombre que pondría al taller joyero que abrió en 1977, se convertiría en uno de los más robustos de la joyería española. Pero cuatro décadas después, la firma continúa una estela de expansión e internacionalización con una solidez que otras casas soñarían. Lejos de pedir deseos al viento los suyos se materializan en Three Wishes, una colección compuesta de anillos, pulseras y collares con el diamante como estrella omnipresente y creyente en la intergeneracionalidad de la que Rabat hace gala. La protagonista este mes es la esclava Three Wishes a base de oro rosa y tres diamantes talla brillante engastados, inspirada en la simbología mágica que va desde las teorías del matemático Tales de Mileto a la Santísima Trinidad.
