No es lo mismo ir a Sicilia que ir a la Sicilia de White Lotus. Los Cayos desde el hotel de Bloodline se acercan más aún al paraíso. Una ruta de senderismo por los bosques de Noruega será más emocionante si después toca descansar en las cabañas de Succession. Y Byron Bay es más cool cuando lo conoces desde la impresionante casa de Yoga y meditación de Nine Perfect Strangers. Tenemos buenas noticias: todas estas localizaciones de ficción son reales y puedes elegirlas como destino de vacaciones para que tus sueños viajeros se hagan realidad.
La Sicilia de White Lotus
No hacen falta razones para programar una escapada a Sicilia —la isla siempre es una buenísima opción—, pero el éxito de la última temporada de White Lotus ha hecho que nos enamoremos un poco más de este pedacito de la bella Italia. Por su gastronomía, su gente, su arquitectura, su artesanía… pero sobre todo por San Domenico Palace, el hotel que sirve de escenario a la serie de HBO Max y que se encuentra en Taormina, al este de la isla, muy próximo al Etna.
Este complejo de la cadena Four Seasons abrió hace más de un siglo al público —primero fue un convento del siglo XV y después una propiedad privada— gracias al buen olfato del príncipe Domenico Rosso di Cerami para los negocios: vio en la zona un destino de vacaciones ideal para la alta sociedad. La euforia y el desenfreno de los años 20 hizo de Sicilia un destino turístico perfecto para celebrar la vida y grandes huéspedes como Oscar Wilde, Sigmund Freud o Albert Einstein pasaron por las habitaciones de San Domenico Palace. La Segunda Guerra Mundial detuvo su esplendor hasta que en 1947 el hotel volvió a abrir para alojar, una vez más, a la flor y nata de la época: Truman Capote, Liz Taylor y Richard Burton, Greta Garbo, Ingrid Bergman o, por supuesto, Sophia Loren.
Pero esta no es la única idea de vacaciones sicilianas que nos ha aportado White Lotus. A unos 10 minutos de la Capilla Palatina —uno de los puntos turísticos fundamentales de la isla— se encuentra Villa Tasca, el impresionante palazzo en el que Harper y Daphne (interpretadas por Aubrey Plaza y Meghann Fahy en la serie) pasan una noche. Esta villa del siglo XVI está rodeada de ocho hectáreas de jardines, dispone de cuatro habitaciones, incluye chef y la encontrarás en Airbnb.
Los Cayos de Bloodline
Una de las joyas de Netflix se rodó, precisamente, en una de las joyas de los Cayos de Florida. En Bloodline, la actriz Sissy Spacek regenta un hotel de ensueño, rodeado de cientos de cocoteros a orillas de una inmensa playa de arena blanquísima. Fuera de la ficción, The Moorings Village —así es como es su nombre real—, aloja a turistas desde 1987, cuando Hubert Baudoin llegó por casualidad desde Costa de Marfil a esta casa de arquitectura colonial de Islamorada.
Baudon la compró y la transformó en un bed and breakfast para amantes del windsurf pero cuando en los 90 se convirtió en la localización preferida de los editores de moda —Vogue, Elle o Sports Illustrated fotografiaron allí algunas de sus portadas, y Ralph Lauren o Abercrombie & Fitch sus campañas—, Baudon pudo comprar los terrenos colindantes y formar el hotel que es hoy.
Este complejo está formado por ocho casas de entre uno y tres dormitorios, tan separadas entre sí y con tantos cocoteros de por medio (un total de 800) que la privacidad es absoluta. Si quieres vivir como la familia Rayburn de Bloodline, alquila Blue Charlotte, la casa que utilizaron en el rodaje de la serie: tiene una piscina privada de 18 metros, vistas al mar y toda la calma que se necesita para desconectar de una vez por todas.
La Noruega de Succession
No hay localización de Succession a la que no querríamos teletransportarnos ahora mismo, pero hay una en concreto que nos ha conquistado. En la última temporada de esta producción de HBO Max, la familia Roy viaja a Noruega para negociar una subida en la venta de su empresa. El escenario: un hotel integrado en el bosque y a orillas de un río, que es un auténtico remanso de paz.
Para llegar a Juvet Landscape Hotel primero hay que volar a Ålesund —una ciudad de cuento formada por casas de madera en la costa— y viajar en coche una hora y media aproximadamente hasta Valldal. Allí se encuentra el primer hotel-paisaje de Europa, construido en 2010 con un impacto mínimo sobre el terreno y ganador de varios premios de arquitectura y diseño.
Juvet Landscape ofrece siete cabañas acristaladas con vistas al río, dos casas en los árboles, la denominada Writer’s Lodge —una casa de dos dormitorios para estancias más largas—, un restaurante de productos de proximidad y un casa de baños, donde tomar una sauna o un jacuzzi sin abandonar esa integración perfecta con la naturaleza más salvaje. Y desde este conjunto minimalista de madera y vidrio ubicado al borde la montaña Sunmore y muy cerca de los fiordos, se puede practicar senderismo, ciclismo, esquí de travesía o simplemente la relajación más absoluta.
El Byron Bay de Nine Perfect Strangers
Excepto por su ubicación, todo es real en Nine Perfect Strangers —nos referimos a sus localizaciones, no a su locura—. Tranquillum House, el retiro detox de la serie de Prime Video, no está en California sino en el sureste de Australia, concretamente a 12 kilómetros de Byron Bay, el pueblo viral más cool del mundo desde el que celebrities, veganos y surfistas postean sus experiencias.
Soma Byron Bay, así es como se llama la casa en el mundo real, es exactamente igual que la has visto en Nine Perfect Strangers: misma decoración minimalista (dispone de 10 habitaciones), piscina infinity y la impresionante cúpula para practicar yoga entre un bosque de bambú. Y a pocos kilómetros, las playas de Cape Byron en las que practicar buceo o surf cuando la meditación haya hecho efecto. Como en las historias de las series, la casa fue construida por un empresario de la tecnología (Peter Ostick) y un gurú del Yoga (Gary Gorrow), y la encontrarás en Airbnb.