Abrimos ‘Consultorio’ sin miedo; un ratito de mambo y hedonismo

¿El primer reloj que te comprarías por los 30?
Venga una confesión: mi “primer reloj” comprado (el heredado es un Longines muy viejito de mi padre) fue el Omega Seamaster 300 allá por 2011. El primer reloj que compra uno es importante, por eso fue lo que llevaba puesto el día de mi boda. Quizá hoy te diría el Tudor Black Bay Fifty-Eight “Navy Blue”, lo tiene todo.
Recomendaciones en Roma
Trattoria Settimio, cocina de la mamma a la vera del Partenón. Y también la terraza de Angelina a Testaccio, quizá la más bonita de la ciudad (y ya es decir).


Playa para perderte en Menorca
Laura y Borja (Matoses, que fue quien nos casó: precisamente en Menorca, desde donde ella me dijo ‘sí’ veíamos la cala de San Esteban) se van a enfadar muchísimo conmigo por contar estas cosas pero c’est la vie: la cala de Alcaufar en Sant Lluís, que es uno de mis lugares favoritos del mundo. Cala Mitjana también es muy especial.
Voy a pedirle matrimonio a mi pareja ¿diamantes o color?
Siempre he pensado que la joya perfecta es la que mejor cuenta la historia de quien la recibe. O sea: fuera tópicos. La pregunta, por lo tanto, no es “qué se lleva” ni mucho menos “se lo he visto a…”. Por eso el anillo de pedida de Laura (el más bonito del mundo, claro) es de un bellísimo color azul océano, un zafiro donde ella podría nadar y perderse (y también, encontrarse) —donde espero que nade siempre.


Valencia para pasear
El Cabanyal, la Malvarossa, els poblats marítims; la Valencia marinera que tanto hemos mirado de reojo. El alma de esta ciudad (si es que le queda algo) se esconde más allá de la Avenida de Blasco Ibáñez.
Un poema para este junio lleno de esperanza.
Este de Octavio Paz en su homenaje a Claudio Ptolomeo:
Soy hombre: duro poco y es enorme la noche. Pero miro hacia arriba: las estrellas escriben. Sin entender comprendo: también soy escritura
y en este mismo instante alguien me deletrea.


¿Primera cita en Barcelona?
Pues quizá una bacanal hedonista (es una fiesta pirata) en Estimar de Rafa Zafra y Anna Gotanegra: marisco, champagne y esa sensación de estar viviendo la última noche de tu vida. También puede estar muy bien la barra de Kak Koy de Hideki Matsuhisa o la cocina anclada en el sabor y la elegancia (no se parece a ninguna otra) del Jordi Vilà en Alkimia.
Quiero regalar una joya a mi mejor amiga, pero ya no lleva anillos ¿ideas?
Un brazalete, que es una joya como de otra época –de Amazona, de reina del desierto, de Galadriel o de Olimpia de Epiro. Decía Milena Busquets que “Para emborracharse sin beber alcohol, para disfrazarse de Sherezade sin quitarse los tejanos y para estar medio desnuda estando vestida. En serio. Para eso sirven los buenos perfumes. ¿No?”. Pienso lo mismo de una joya especial.


Un disco.
Uno no, dos: Evermore de Taylor Swift y Puta de Zahara. La cuarta canción de este último, por cierto, se titula Taylor.
¿Hedonista nace o se hace?
Al hedonismo uno llega a través de la consciencia, la edad, la terapia y las ganas de rebañar el plato… “Sangre que no se desborda, juventud que no se atreve, ni es sangre, ni es juventud, ni relucen, ni florecen”, Miguel Hernández.
